Publicidad

El oficio del cronista

Conversamos con algunos de los cronistas de localidades y comarcas aragonesas para descubrir cómo están contando este 2020

ARAGÓN CULTURA /
Jerónimo Zurita fue el primer cronista de Aragón
icono foto Jerónimo Zurita fue el primer cronista de Aragón

El título de Cronista Mayor del Reino de Aragón fue creado durante el reinado de Fernando II, en las Cortes de Aragón de 1495 en Tarazona y ratificado en las de 1547 en las celebradas en Monzón. Un año más tarde el zaragozano Jerónimo Zurita era nombrado primer cronista y así fue hasta su muerte en 1580.

Como legado, Zurita dejó la proyección de una tradición historiográfica que ha tenido sus luces y sus sombras. Tras él llegaron muchos otros como los hermanos Argensola, Jerónimo de Blancas, Andrés de Uztárroz o José Pellicer.

Siglos más tarde, la esencia de la figura del cronista permanece en algunas localidades aragonesas pero ¿cómo es su oficio, qué ha cambiado y a qué retos se enfrentan en la era de la información?

El modisto Enrique Lafuente es cronista de Aldehuela de Liestos, en la Comarca del Campo de Daroca y el historiador Octavio Collado acaba de ser nombrado en Albarracín. Ambos coinciden en que los cronistas de siglos pasados ayudaron a forjar la imagen histórica y mítica de Aragón y los cronistas del siglo XXI tienen otros retos por delante como recuperar la memoria histórica perdida o desmentir fake news o tergiversaciones históricas del pasado.

Pero algunos discrepan de la utilidad de esta figura en la actualidad. Dicen que ya existen los medios de comunicación o las redes sociales, pero Lafuente y Collado afirman que el cronista puede tratar con mayor profundidad los sucesos y atender demandas de los ciudadanos, de las instituciones de las localidades para las que trabajan o de los propios medios de comunicación. "Un cronista no selecciona lo que cuenta y cómo lo cuenta, se ciñe a los hechos sin intereses, no piensa en audiencias o patrocinadores y resuelven dudas históricas", explica Collado.

¿Cómo se contará este 2020?

Este año pasará a la historia de los cronistas aragoneses como uno de los más complicados, pero también como uno de los más interesantes para su cometido. Bizen D’o Río lleva quince años siendo el cronista de la Comarca Hoya de Huesca. Reconoce que su labor este año es difícil, pero más necesaria que nunca: "Se nos está consultando continuamente si esto ha pasado en otras ocasiones. Todo el mundo quiere saber si anteriormente se han cerrado las poblaciones, ha habido controles en las carreteras o se han vivido situaciones similares", explica.

Bizén ha rebuscado en archivos oscenses para estudiar una epidemia de hace 400 años y comprobar que las medidas preventivas, no distaban mucho de las que vivimos hoy: "Por ejemplo la ciudad de Huesca tuvo todas las puertas cerradas para que no pudiera salir la gente, el correo se traía desde Zaragoza a la ermita de San Jorge y salía un funcionario del ayuntamiento para recogerlo".

Vidal Muñoz, cronista de la ciudad de Teruel, también ha notado la diferencia en su cometido este 2020: "Mi crónica anual tiene 250 páginas, todavía no hemos acabado 2020 y llevo casi 900". Explica que lo que está pasando en comerciantes, autobuses y taxistas hay que contarlo.

Pero 365 días dan para mucho y no todo va a ser malo. Vidal destaca cómo hemos conocido a vecinos por el balcón y las ventanas y en las pequeñas ayudas y cuidados que cada día dedicamos a los demás. Bizén recuerda los éxitos deportivos en la provincia o los avances en Canfranc y en temas de regadíos.

En el preámbulo de los 'Anales de Aragón', Jerónimo Zurita escribió “siempre convino tener presente lo pasado, porque este conocimiento nos enseñará a que consideremos más dichoso y bienaventurado el estado presente y que miremos siempre con recelo el que está por venir”. Palabras del primer cronista de Aragón que, este 2020, cobran más sentido que nunca.

Audios

'El oficio del cronista' en 'La Cadiera'
Descargar

Fotografías

Audios

'El oficio del cronista' en 'La Cadiera'
Descargar

Fotografías