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Herederos del legado de la violería aragonesa

Los lutieres aragoneses perpetúan las técnicas tradicionales y artesanales de fabricación de instrumentos

ARAGÓN CULTURA /
El lutier Pablo Morales en su taller en Caspe (F. moraleslutiher.wordpress.com)
icono foto El lutier Pablo Morales en su taller en Caspe (F. moraleslutiher.wordpress.com)

Hace unos días, el legado de la violería aragonesa era declarado Bien de Interés Cultural Inmaterial por el Consejo de Gobierno. Y es que no es ningún secreto que la violería aragonesa, el arte de fabricar instrumentos fue un hito cultural clave en el Renacimiento europeo. Sin embargo, es una historia que no muchos conocen.

Los violeros zaragozanos de los siglos 15 y 16 tuvieron una importante repercusión en Europa por su técnica a la hora de construir vihuelas, laudes, violas de gamba, guitarras y otras piezas de la época. De investigar y transmitir esta técnica para que no se pierda se encarga la Escuela de Violeros de Zaragoza. La primera en España, creada en 2014, que dirige Javier Martínez, Doctor en Historia del Arte y violero profesional.

Quizá conozcan a Toto Sobieski, porque forma parte de Joaquín Pardinilla Sexteto. Diseña y fabrica instrumentos eléctricos de cuerda, centrándose en la investigación y adaptación de piezas tradicionalmente acústicas en eléctricas. Desde su taller en Torrero, dedica parte de su tiempo de investigación a los instrumentos de percusión como baterías o cajones y, entre sus aportaciones, ha ideado un sistema de tensores para facilitar la afinación de salterios.

Luis Salesa disfruta decorando los instrumentos a través de técnicas tradicionales. Su especialidad es la madera de boj. Con tan solo una navaja que conserva desde que tenía nueve años, decora piezas como chicflos, gaitas, castañuelas o pitos. Philippe Bonnet es francés pero vive desde hace muchos años en Zuera. Empezó en este mundo a causa de su sobrino, integrante del grupo de folk Bosnerau, que le pidió que le arreglase un instrumento.

El oficio de un luthier es el de esculpir instrumentos. O al menos, así es como lo entiende Pablo Morales, un joven aragonés que, desde su taller ubicado a pocos kilómetros de la ciudad del Compromiso,crea gaitas, tarotas o dulzainas, trabajando con sus manos las vetas de la madera y prestando atención a cada detalle. El luthier  cuenta que todo partió de un concierto de Carlos Núñez.

Pablo es pionero en trasladar esta técnica a la pantalla y esculpir piezas en 3D, que después imprime y resultan totalmente funcionales y con un sonido muy particular. Además de las brocas, tornos y lijas, una herramienta imprescindible en su proceso creativo es el tiempo. Las maderas que emplea para crear gaitas aragonesas han pasado entre 15 y 30 años secándose. Mientras tanto, también disfruta investigando nuevos materiales y formas de crear sonido.

Con el objetivo de propagar el sonido y las virtudes del arpa como instrumento, el experto Jesús Carnicero comenzó a realizar talleres infantiles de múisca y cuentos en colegios y librarías de Aragón. Abarcando diferentes temáticas y enseñando a los niños a tocar este instrumento y a ser autodidactas. En respuesta a la demanda de estos talleres, surgió la idea de elaborar arpas celtas y liras propias que los propios usuarios puedan personalizar y decorar.

Gracias al trabajo de estos artesanos, se mantiene vivo el legado de la violería en Aragón, fundamental para que nuestros sonidos tradicionales nunca dejen de sonar.

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Reportaje 'Lutieres aragoneses' en 'La Cadiera'
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