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La arquitectura del frío en Teruel

Las neveras, neveros, pozos de hielo, chelo o yelo, pocicos y neverías constituyen una tipología de arquitectura tradicional

Aragón Cultura /
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Las neveras, neveros, pozos de hielo, chelo o yelo, pocicos y neverías conforman una tipología de arquitectura tradicional relacionada con el agua en estado de hielo, también denominada “arquitectura del frío”. 

El historiador Alberto Bayod recuerda cómo empezó a localizar y catalogar estas construcciones hace tres décadas: "Siempre nos habían dicho en Belmonte de San José que había un pozo de hielo al que no nos teníamos que acercar porque era peligroso y en los 90 decidimos investigar. Se había utilizado como vertedero y como muladar y al entrar y ver la riqueza de su arquitectura, decidimos que teníamos que hacer algo". 

Los últimos datos que han recogido estiman que podría haber más de 500 referencias en Aragón, entre restos de neveras o ya desaparecidas pero documentadas en archivos.

Las neveras de Teruel

Las neveras de la provincia turolense se caracterizan por la gran capacidad de las mismas. Hay diversas hipótesis respecto a esta cuestión, y Bayod explica que podría ser para conservar el pescado fresco que venía de la costa y se almacenaba en esta zona, el último punto elevado en la denominada ruta del pescado del Levante a la capital aragonesa.

Los constructores de estas neveras aprovechaban las circunstancias del terreno. Unas neveras están confeccionadas en técnica de piedra seca, otras con argamasa, algunas tienen bóveda y otras arcos cruzados como sostén, "lo que denota que los alarifes que las construyeron eran gente especializada en este tipo de arquitectura popular", completa Bayod.

Bayod destaca algunos ejemplos como la nevera de Montalvos en Alloza "espectacular, grande y situada en la montaña" o las dos de Fórnoles, una de ellas empleada actualmente como osera del cementerio. Las neveras de Cañada de Verich, La Ginebrosa, Valdealgorfa, Lamata o Camarillas son algunos ejemplos característicos de estas construcciones soterradas que no se reconocen a simple vista.

Usos medicinales del hielo

El motivo principal para que hubiese un abastecimiento permanente y el desarrollo de la red de neveras por la geografía aragonesa era la utilización con fines terapeuticos. La medicina del siglo XVI hacía referencia a la importancia del uso de la nieve en los medicamentos que se elaboraban y en sus propiedades antiinflamantorias y analgésicas. "Era uno de esos usos importantes que ayudó a la popularización de esta arquitectura, además de poder beber frío en verano", explica Bayod. 

¿Y cómo se trasladaba el hielo de un sitio a otro? Según los documentos que Bayod ha consultado, se hacía de noche cuando la luz del sol no incidía en el transporte, aunque se habla de una merma de un tercio en este proceso, en función de la distancia a recorrer.

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Entrevista a Alberto Bayod en 'El Tranvía Verde'
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