La influencia de Goya en el arte

Este 2021 Aragón y el mundo entero celebra el 275º aniversario del nacimiento de Francisco de Goya. Este pintor y grabador nacido en Fuendetodos en el siglo XVIII es considerado uno de los artistas españoles más relevantes y uno de los grandes maestros de la historia del arte que ha influido en muchas otras artes incluso dos siglos después.

En la música, en el cine o en la literatura encontramos el legado del autor de las Pinturas negras lo que lo convierte en una fuente de inspiración practicamente inagotable. La permanente visión y revisión de sus obras y la potente proyección que hasta nuestros días ha tenido en creadores de toda índole hacen de él un fenómeno de actualidad constante.

Algunos poetas se sirvieron de Goya para expresar de forma velada sus críticas de orden social y político; en la literatura lo encontramos en textos de Blasco Ibáñez o Christa Wolf y en los comics de Diego Olmos o El Torres así como el historietista serbio Smudja que creó un alter ego monstruoso que encarna el lado más oscuro del pintor.

Goya en la música

En cuanto a la música, podemos encontrar al pintor en la Jota aragonesa así como en la obra de compositores musicales como José Moreno Gans o Enrique Granados. Es el caso de la suite Goyescas (subtitulada Los majos enamorados) que Granados compueso en 1911 y considerada su obra maestra. Granados era un gran admirador aunque no existe una correspondencia entre cada una de las piezas que forman la suite y un cuadro del pintor en particular; más bien la obra trata de describir una atmósfera, y no de hacer una descripción musical de unas escenas concretas.

El compositor británico Michael Nyman creó una ópera que giraba en torno al artista de Fuendetodos y en la que se le clonaba a través de sus restos mortales (en relación a todas esas leyendas que existen en torno al cráneo desaparecido de Goya) y esta misma semana el gobierno de Aragón publicaba un libro en el que se fija en la huella del pintor en tonadillas y fandangos.

Goya siempre mostró un interés muy evidente por músicos y cantantes diversos, por lo que a lo largo de su vida estuvieron presentes el fandango, la seguidilla y la jota. En muchas de sus obras, además, la música se convirtió en un complemento muy especial así que el Departamento de Educación, Cultura y Deporte quería poner en valor una de las grandes pasiones de Francisco de Goya, así como toda la influencia que él tuvo en sus coetáneos de su época con la creación del estilo goyesco.

Goya en el séptimo arte

Si saltamos al cine aquí también podemos encontrarlo: en el de terror o en el NO-DO y en cineastas como el calandino Buñuel. Y es que (estando todavía en París y tras reciente el éxito de Un perro andaluz) Luis Buñuel recibió en 1927 el encargo por parte de la comisión del centenario Goya de escribir un guion cinematográfico para conmemorar el primer centenario de la muerte del pintor. Lo llegó a escribir (se tituló La Duquesa de Alba y Goya) pero problemas presupuestarios impidieron la realización de la película.

Sí que llegó a rodar ‘El fantasma de la libertad’ (1974), en la que la imagen de los fusilamientos del 3 de mayo de 1808 en Madrid abre la película, y en la que muchas secuencias irónicas, absurdas o surrealistas recuerdan a los ‘Disparates’ goyescos. Aquí la influencia de Goya no sólo vendría por la exhibición de su famoso cuadro, sino por el tono utilizado en la narración, casi siempre grotesco y burlón.

La primera relación de Carlos Saura con Goya fue en ‘Llanto por un bandido’ (1964), en la que (por cierto) el propio Buñuel aparece en un cameo haciendo de verdugo. En la película destaca la durísima escena del duelo a garrotazos entre dos bandoleros que evoca una de las más famosas pinturas negras de Goya que se halla en el Prado. Años más tarde, Bigas Luna realizaría una parodia de ese cuadro en ‘Jamón, jamón’  utilizando como armas una pierna y un hueso de jamón. Y Saura volvería a trabajar sobre Goya en 1999 al estrenar ‘Goya en Burdeos’ (con José Coronado y Paco Rabal haciendo del pintor).

En las pinturas, dibujos y grabados de Goya, así como en su sugestiva trayectoria vital, los creadores de ayer y de hoy han reconocido una potente fuente de inspiración y, sin duda, seguirá alimentado con brío a los de las generaciones futuras.