Publicidad

La "mortaja" de María Gimeno llega a La Casa Amarilla

Con un lienzo de lino, versos de unos poemas y una pandemia, esta artista contemporánea ha recreado 'El Entierro del Conde Orgaz'.

ARAGÓN CULTURA /
Pulsa para ampliar

La artista multidisciplinar, María Gimeno, vuelve a las salas de exposiciones con un proyecto cargado tiempo y sentimientos. Una obra que le ha llevado siete años, entre idas y venidas, y a la cual llama su obra interminable, “mi mortaja”, bajo el título 'Abrir palabra por palabra el páramo'.

En un lienzo de lino de grandes dimensiones se propuso, allá por el 2013, recrear una de las pinturas más famosas de El Greco: El entierro del Conde Orgaz (1588). La admiración por este pintor no le hizo dudar a la hora de escoger su referente y, siguiendo su línea rompedora, Gimeno quiso que esta obra reflejase sus estados de ánimo. Para ello escogió una paleta de 66 colores que pasaban por el rojo, verde, azul, negro o incluso blanco. Lo más característico de esta gama es que no se trata de pinturas, sino de madejas de hilo de seis hebras, y es que su propósito fue recrear a través del bordado y la literatura.

Con ayuda de un acetado y un lápiz, calcó la obra de El Greco en el lino blanco roto que usaría como lienzo. Comenzó bordando un punto plano para luego pasarse a la cadeneta, pero siguiendo siempre la misma línea, en la que buscaba plasmar sus sentimientos. Tras un año lleno de fechas cromáticamente bordadas, la artista aparcó su proyecto para retomarlo a trozos, cuando lo necesitaba. Al fin y al cabo, siempre estaba ahí, en el cajón de su estudio, era su mortaja.

Cuando lo retomaba solía escribir pequeños fragmentos de literatura que hacían mención a autores como Garcilaso, Ida de Vitale o Agustín García Calvo. El viernes 13 de marzo de 2020 volvió a sacar aquel paño que la acompañaría a lo que ella pensaba “un fin de semana largo” en casa de sus suegros. Pero esta vez, los bordados serían diferentes, no podían continuar plasmando versos tan poco precisos para la situación en la que se encontraba el país. Comenzó a bordar cifras, cifras que reflejaban los muertos y días, para dejar “constancia diaria de quienes ya no están a causa de la enfermedad”.

“Este paño bordado que tiene mucho de pintura” y el cual parecía una obra interminable, se encontrará hasta el 4 de julio en La Casa Amarilla en exposición se hará en colaboración con la artista Louisa Holecz