La obra de Adolfo Burriel

La editorial Vitruvio ha publicado “Antología Propia”, una selección de la obra del poeta Adolfo Burriel. Su actividad poética ganó popularidad cuando, en 2005 a sus 62 años, ganó el Premio Alegría del Ayuntamiento de Santander con “Furtivos días”. Desde entonces, ha publicado ocho libros, resumidos en la antología de la que habla en el programa de La Torre de Babel de Aragón Radio, con Ana Segura.

Una pasión nata

La poesía ha acompañado a Adolfo Burriel “desde que tiene memoria”. Sin embargo, no fue hasta después de una extendida trayectoria laboral y política cuando decidió dedicarse de pleno a ello. En sus inicios, participó en la “Antología de poetas de la Generación de 1965”, con prólogo de Miguel Labordeta, época que se puede describir mediante una anécdota de su época de militancia en el Partido Comunista, cuyas asambleas resumía en actas escritas en verso. Además, también ha realizado crónicas periodísticas, parlamentarias y de actualidad en verso, alegando que siempre ha tenido “una cierta facilidad”.

Una recopilación reflexiva

La idea de hacer una antología de su obra salió del editor de Ediciones Vitruvio. Explica que es una idea anterior a la pandemia, y que se realizó siguiendo un criterio concreto: “expresar lo más exactamente posible qué es, qué significa, hacia dónde camina, y qué quiere ser mi propia poesía”, asegura en el programa de La Torre de Babel. Quería así que quien lea la antología, pueda acercarse a lo que él piensa cuando escribe sus poemas.

Los libros que se encuentran resumidos en esta antología podrían parecer radicalmente distintos entre ellos, pero su autor asegura que hay “un hilo que acaba por unirlos”. Así, Ana Segura realiza un paseo por algunos poemas escritos por Adolfo Burriel mediante los que exploran diferentes experiencias del escritor.

Dentro de ‘La Ciudad Nombrada’, publicado en 2005, Adolfo relata su infancia, su llegada a Zaragoza y por último su estancia en ella. A continuación, un poema de ‘Furtivos Días’ hace un llamamiento contra la guerra, partiendo de imágenes que han pasado por él y con el que ganó el premio que le lanzó a la fama. Por otro lado, ‘La memoria es el viaje’ habla, según su autor, del “viaje de los expulsados, de aquellos que mueren en el mar, de los que esperan, los que desesperan, los que aguardan, los que no tienen”. Con ‘Cuadros de una exposición’ dedicó a Paul Klee poemas que extendían el significado de diferentes cuadros. Fue con esta obra con la que ganó el Premio Santa Isabel de Portugal de la Diputación de Zaragoza, gracias a su manera de describir la impresión que cada cuadro le producía al mirarlo.

"Cualquier cosa tiene su revés"

Al buscar la inspiración poética, el escritor considera que “hasta la luz tiene un revés oscuro”, destacando la diversidad de fuentes de las que obtiene su creatividad. De la misma manera, habla del proceso de creación de un libro: “tengo una idea genérica, abstracta e imprecisa, y desde ella parto e incorporo poemas”.

Acostumbra a jugar con las repeticiones, las acumulaciones y el ritmo, y cree firmemente que es algo que todo poeta debería ser capaz de hacer: “si un escritor no sabe métrica, difícilmente hará un poema: incluso los que no tratan de usar el ritmo, necesitan conocerla para poderla romper”.

Así, con referentes como Antonio Machado y Juan Ramón Jiménez, e inspirándose en movimientos como la Generación del 27, del 26 o del 50, Adolfo Burriel ha creado una colección de obras que resume en su Antología Propia, cuya presentación tiene lugar en la Sala de Columnas del Edificio Caja Rural de Aragón, este jueves 17 de marzo.