El turolense Marcos Mateo, uno de los últimos de Filipinas

Como héroes de Balear se conoce a los supervivientes del destacamento español destinado en la isla de Luzón en las Filipinas que resistió durante casi un año desde finales de 1898 dentro de una iglesia manteniendo la posición frente a los intentos de asalto de los nativos, porque no habían recibido ninguna notificación oficial de que había terminado la guerra y debían deponer la posición.

El turolense Marcos Mateo Conesa formaba parte del destacamento. Había nacido en 1876 en el municipio de Tronchón, y según cuenta el comisario de una exposición del Museo del Ejército que rememora a estos soldados, Enrique Rontomé: “fue llamado a filas y le tocó por sorteo unirse al grupo de operaciones de Filipinas”. De hecho, aunque se sabe poco de él, Rontomé destacó que el de Tronchón “era uno de los que más resistencia física tuvo, y participó en alguna salida que se hizo en la iglesia”.

Además de sobrevivir, Marcos Mateo se destacó como uno de los hombres que tuvo una participación más activa y que mejor resistió la dureza del sitio que tuvieron que soportar durante once meses sin saber qué iba ser finalmente de ellos.De los 50 hombres que había en la guarnición sobrevivieron 33, entre ellos el propio Marcos, quien “regresó con sus compañeros y volvió a establecerse en su pueblo como sombrerero y a trabajar en las tareas del campo; hasta que murió en el año 1923”.