Andrés Fernández se vuelve a ver las caras con la SD Huesca

Festivales de paradas y manoplas imposibles que sostuvieron al Huesca en incontables ocasiones. Andrés desplegó sus alas durante 111 partidos, el guardián con más antigüedad en la historia del club azulgrana. Este verano, se convirtió en el ángel protector del Levante, y ahora el calendario vuelve a juntarles.

El guardameta tuvo dos etapas en la capital oscense. La primera fue en 2010, llegando cedido del filial de Osasuna, donde estuvo durante una temporada y mostró un óptimo nivel en Segunda División que le llevó a ser Trofeo Zamora. Tras pasar por Porto, Granada y Villarreal, diez años después, la S.D. Huesca hizo oficial su regreso y firmó por tres temporadas.

La hoja de servicios de Andrés es impecable. Fue el seguro de vida de todos los entrenadores que pasaron por el banquillo en las últimas cuatro temporadas. Dejó huella dentro y fuera de la caseta, como reconoció en una rueda de prensa: "Yo aquí en Huesca pues tengo muy buenas emociones aquí tanto por la ciudad como por el club, y la verdad que agradecido por todo lo que siempre dan". En su periplo levantino, Andrés suma 11 titularidades. Ahora, la SD Huesca quiera que este domingo, Andrés no responda con los habituales paradones que deleitó en la ciudad altoaragonesa.