Casademont se regala un partidazo para sellar su pase a cuartos (101-90)

Casademont Zaragoza se guardó lo mejor para el penúltimo partido de la fase de grupos. El conjunto rojillo le venció al Gravelines Dunkerque en una cita en el Príncipe Felipe para disfrutar, y no solo por lo abultado del marcador (101-90) sino por un guion en el que se vio uno de los mejores partidos de Langarita; una gran segunda parte de Yusta; un arranque brutal de Sulejmanovic; y la eficiencia de los Watt, McFadden o Bell-Haynes. Yusta fue el mejor en cuanto a valoración en una noche grande europea en la que se tocaron los 100 puntos y que puede servir de estímulo y acicate para lo que queda de curso. 

Bell-Haynes, Langarita, Yusta, Watt y Sulejmanovic, protagonista en el inicio con un parcial personal de 4-0, fueron el '5' inicial de un Casademont Zaragoza que salía con todo. Hasta pasados 3 minutos no se volvió a mover el marcador, con un alley-oop entre Stockton y Nnoko. Langarita y Watt, con un gran mate, fueron los siguientes en anotar. Intentaba Casademont hacerse un colchón en el marcador, pero liderados por Nnoko los franceses no se dejaban ir. Un gran triple de Sulejmanovic (desatado, no tardaría en hacer el siguiente) y un espectacular mate de Langarita tras un gran robo supusieron la máxima del partido hasta el momento, más 7 a falta de 4:30 para el final del primer cuarto. Parecía que le salía todo a los de Fisac, tanto que tras un buen tiro de 3 de Langarita, el entrenador rival paró el partido. +11 ganaban los de Fisac, rompiendo el guion de anteriores partidos: esta vez los aragoneses eran los que salían en tromba y firmes. Con momentos de calidad para Cuevas, Miguel o Kravic. El cuarto acabó con el resultado de 30-19.

Sulejmanovic siguió impidiendo que los franceses limaran demasiado la renta de su equipo. El bosnio era el sostén del equipo en todos los sentidos, lo mismo que un Kravic que no aflojaba. El marcador fluía por encima de los 10 puntos, con los franceses incurriendo en demasiadas pérdidas e imprecisiones. Pero en dos zarpazos, culminados por dos espectaculares triples de Babb, los franceses se colocaron a 6 puntos. Tras eso, Fisac paró el partido. De las sonrisas se pasaba a los temblores: un parcial de 0-11 tenía la culpa. Watt, con 2 tiros libres, rompía la mala racha, pero el Dunkerque seguía jugando demasiado fácil. Nnoko y Stakleton rendían a la perfección, mientras que el engranaje de los de Fisac se había parado por completo. Un triple de McFadden, un mate de Mencia y una gran acción personal de Watt posibilitaron que Casademont se marchara con victoria al descanso aunque con un ajustado 50-49.

Entraba el partido en segunda mitad dramática, ya sin el colchón de antes. Por eso Casademont mejoró en defensa y cogió aire con dos canastas de Yusta y otra Watt. Los franceses volvieron a su fase fallona y solo una bombita de Nnoko pasados 3 minutos significó su primera canasta. Un triple de Berhanemeskel fue la siguiente acción brillante de los franceses; mientras, Watt, con sus mates marca de la casa, y Bell-Haynes protagonizaban varias de las mejores jornadas de la competición europea. Yusta acrecentó las dudas francesas a golpe de triple; al final de cuarto Casademont empezó a jugar con ritmo y fluidez, en los que eran sus mejores minutos, con Yusta pleno de confianza, Langarita mejor que nunca y un sólido Didac Cuevas. Así se llegó al último cuarto con 72-63: un triplazo de McFadden saludó el último cuarto: para todo lo demás, Yusta: suyas fueron las dos siguientes canastas que pusieron el +14. Ni un parcial de 0-7, roto por un triple antológico de Cuevas, templó los ánimos. 

Y eso que tocó sufrir. A falta de de 2:40 los franceses se habían puesto a 5 puntos a falta de 2 minutos. La calidad de Bell-Haynes, los puntos de Yusta (gran segunda parte) y un triple de Mencia cuando más se sufría llevaron al equipo a ganar pese a su sufrimiento en defensa. El resultado final lo dice todo: 101-90 y el pase a cuartos de final en una competición europea que puede ser emocionante.