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El Casademont Zaragoza tropieza contra el Morabanc Andorra en un partido de extremos (72-76)

El conjunto rojillo, con un Bell-Haynes espectacular, ve cortada su racha de 4 victorias

Aragón Deporte /
McFadden, en un lance del partido. Foto: Liga ACB
icono foto McFadden, en un lance del partido. Foto: Liga ACB

El Casademont Zaragoza de las mil caras, esta vez en un mismo partido, vio cortada su maravillosa racha de 4 victorias seguidas ante un Andorra que venía de 8. Cosas del deporte y sobre todo de este equipo tan extremo de tantas versiones. Pintaba bien ante el equipo pirenaico, en el Príncipe Felipe y con tan buenas sensaciones, pero los visitantes sorprendieron guiados por un Montero sublime. Para los de Fisac, ni un Bell-Haynes excelso (31 de valoración) pudo solventar la situación, pese a que el equipo brilló también en el tercer cuarto. Al final, derrota para un equipo que ve aguado su sueño de jugar la Copa del Rey. 

Al principio tocó cara, es decir: la versión alegre de un Casademont que disfruta jugando. Un canastón de Bell-Haynes, un mate de Kravic  y un triplazo de Santi Yusta fueron las primeras acciones de un equipo que se lucía a correr dominando las transiciones. Con un triple de Sulejmanovic el equipo se ponía 12-4 ¿Pan comido? Nada más lejos de la realidad. Comandado por un genial Dos Anjos, el hasta ese momento frío Andorra reaccionaba y se ponía 12-14 en una increíble remontada. Watt (lastrado por su proceso vírico) entró para poner orden y empatar a 14. A partir de ahí, Casademont volvió a mostrar su mejor cara con un final de cuarto que llegó hasta el 18-16. 

En el segundo cuarto, tocó cruz. Un desastre que acabó con un parcial de 7-15, con Casademont plano en todos los sentidos. Una canasta de Montero y un mate de Llovet fueron el aviso del Andorra tras la vuelta. Con eso le daban la vuelta al partido y se ponían por delante...   El parcial era de 6-16 desde la reacción andorrana. Un triple de Miguel González fue el primer acierto rojillo, restando 6:30 para el descanso; justo después, Montero encestó el suyo y volvió a hacer daño para poner el +6 para los suyos ante una defensa horrorosa. Tanto que Fisac tuvo que pedir tiempo muerto. La pizarra no pudo surtir efecto, con un Casademont llamativamente fallón y un Andorra inspirado en el rebote y corriendo ante la incapacidad aragonesa. Al asueto se llegó perdiendo de 6...

Y tras el descanso llegó la reacción de Casademont. El equipo de Fisac se puso a atacar con criterio: solo sus perdidas hacían que Andorra fuera por delante mientras los rojillos (y la Marea Roja) espabilaban, con un dúo destacando: Bell-Haynes y Yusta (triplazo incluido pasados 4 minutos) hicieron bailar al equipo. McFadden, cuya muñeca iba cogiendo temperatura, se unió a la fiesta conforme los de Fisac iban cogiendo fluidez defensiva. El norteamericano volvió a poner a los suyos por delante con dos puntos seguidos. Un triple de Harding, liberado -como siempre- atemperó un poco los ánimos. Se llegaba al final de cuarto con un bonito intercambio de golpes, un Bell-Haynes imparable (de sus mejores partidos del curso, con 15 puntos en el tercer cuarto), Watt mejorado y el Andorra dando espectáculo con un Montero sublime. El parcial de 30-22 lo decía todo...

La versión del último cuarto fue la de un equipo sin dirección, a tirones, sufriendo los empujes de un Andorra muy entonado en ese inicio, con puntos de Dos Anjos y Montero. Un primer parcial de 0-7 también tuvo su respuesta, con Álex Moreno en la pista y Mark Smith y el genial Bell-Haynes tirando ahora del carro. Un triple de Borg puso por delante a los suyos tras una remontada eventual rojilla. Dientes de sierra en el marcador y en la pista. Miguel González y Borg se animaron también a intercambiarse los triples; a falta de 3 minutos el marcador era de 67-66, un espectáculo digno de ver con los dos equipos dándolo todo. La igualdad llegó hasta el final, cuando el vigésimo punto de Montero le dio ventaja de 3 al equipo pirenaico restando apenas 15 segundos. Había que jugárselo todo y esta vez la moneda salió cruz. Todo lo que pudo salir mal, salió mal para un equipo que acabó perdiendo 72-76.