Una fiabilidad defensiva con pocos precedentes

33 goles en contra en 36 partidos. El Real Zaragoza ha vuelto a levantar su muralla aprovechando uno de uno de sus puntos más fuertes desde la pandemia: la zaga. Esta vez con una versión mejorada: este equipo es el menos goleado a estas alturas en el actual ciclo de Segunda División. Una fortaleza que ya era visible con Juan Carlos Carcedo, aunque los resultados no acompañaban. Ahora, con Fran Escribá ha ido a mejor. Y es que con el valenciano el Zaragoza ha dejado la puerta a 0 en 9 de los 21 partidos desde su llegada.

Abrigado por un 4-4-2 casi inamovible, el técnico ha sabido sacar lo mejor de un Nieto que había caído en el ostracismo desde 2020, una sólida pareja de centrales en la que se turnan Lluís López, Jair y Francés y una banda derecha en la que Francho, Bermejo y Gámez atacan de lujo pero también defienden. De hecho, de los últimos años, la retaguardia blanquilla ha sido la que menos cambios ha sufrido. Nieto estaba desde antes de la pandemia, Jair y Francés llegaron al primer equipo en 2020 (uno fichado, el otro subido desde el juvenil) y Gámez y Lluís López arribaron en 2021. Por su parte, Cristian Álvarez lleva siendo fiable en la portería desde 2017. A partir de ahí el equipo aragonés ha sabido convertirse en uno de los equipos más fiables. Con Escribá se han encajado 20 goles en 21 partidos, eso sí, 7 de ellos llegaron en 2: aquella doble goleada ante Alavés y Málaga (1-4 y 3-0) de la que ya se ha recuperado el equipo. 

Otro Zaragoza fiable hasta la jornada 36 fue el de la temporada 15-16, entrenado por Popovic hasta enero y por Carreras. Aquel equipo aspiró al ascenso hasta la última jornada, cuando cayeron 6-2 en Palamós ante el Llagostera de forma incomprensible. Cabrera, Guitián, un renacido Diego Rico o Vallejo (en la primera mitad del curso) fueron los zagueros de aquel curso. Ahora, el Real Zaragoza no quiere perder una fiabilidad cada vez más importante en Segunda.