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ESTE DOMINGO

Alemania vive unas elecciones sin Merkel y con el escenario abierto

Unos 60,4 millones de ciudadanos están llamados a votar, alrededor de 1,3 millones menos que en las elecciones de 2017, de las que surgió una repetición de la 'gran coalición' entre el CDU, CSU y SPD

ARAGÓN NOTICIAS/AGENCIAS /
La canciller alemana, Angela Merkel, durante la campaña electoral (EFE).
icono foto La canciller alemana, Angela Merkel, durante la campaña electoral (EFE).

Alemania vive este domingo unas elecciones inéditas en 16 años, el tiempo que ha estado Angela Merkel al frente del Gobierno. Sin la veterana canciller en las papeletas y con la incertidumbre de cómo se reconfigurará el panorama político, los alemanes deberán elegir quiénes conforman el Bundestag (Cámara Baja) para la próxima legislatura.

Unos 60,4 millones de ciudadanos están llamados a votar, alrededor de 1,3 millones menos que en las elecciones de 2017, de las que surgió una repetición de la 'gran coalición' entre el bloque Unión Cristiano Demócrata (CDU)-Unión Social Cristiana (CSU) y el Partido Socialdemócrata (SPD).

En esta ocasión, sin embargo, ninguna de las dos partes parece dispuesta a reeditar dicho pacto. Los socialdemócratas, que figuran por delante en los sondeos tras ir a la zaga durante toda la legislatura saliente, lanzan guiños a Los Verdes, que aspiran a obtener su mejor resultado histórico, mientras que el bando conservador se inclina 'a priori' más hacia el Partido Democrático Libre (FDP).

El SPD figura en las encuestas con una intención de voto cercana al 25 por ciento, alrededor de cuatro puntos por delante de la CDU-CSU. Los Verdes rondarían el 14 por ciento, el ultraderechista Alternativa para Alemania el 12 por ciento, los liberales del FDP el 11 por ciento y Die Linke (La Izquierda) el 7 por ciento.

A excepción de la AfD, denostada para pactos en la escena política alemana, de los votos y escaños que obtengan el resto de grandes partidos dependerán quién gobierna Alemania. Los vaticinos aritméticos anticipan una coalición de al menos dos partidos y los posibles pactos han sido motivo recurrente de reproche en campaña.

Candidatos

La CDU aspira a conservar el poder de la mano de Armin Laschet, responsable del Gobierno de Renania del Norte-Westfalia, el estado más poblado, y sacudido en los últimos meses por todo tipo de polémicas. Pese a figurar como favorito para suceder a Merkel, desde el anuncio de su candidatura ha visto cómo su bloque perdía en torno a diez puntos en las encuestas.

Laschet, sin embargo, se ha esforzado por defender que los resultados están "muy ajustados", en un último intento por apelar al alto número de indecisos. Un sondeo publicado esta semana por YouGov, sin embargo, reflejaba que el 74 por ciento de los electores ya tenía claro su voto.

Polémicas como unas controvertidas risas en plenas inundaciones a mediados de julio, no han favorecido la imagen del aspirante conservador. Este ha visto cómo le adelantaba en las encuestas, primero, la candidata de Los Verdes, Annalena Baerbock, y luego, ya de forma más sostenida, el socialdemócrata Olaf Scholz.

El candidato del SPD, vicecanciller y ministro de Finanzas en el actual Gobierno, ha vendido una imagen más estable que la de su rival de la CDU. Su solvente participación en los debates y su demostrada experiencia de gestión dibujan en él un perfil similar al de Merkel.

Scholz ha sabido beneficiarse también de un declive progresivo tanto de Laschet como de Baerbock, cuyo partido llegó a figurar con una intención de voto superior al 20 por ciento. En su contra, sin embargo, ha jugado su ambigüedad en asuntos clave como sus potenciales aliados tras los comicios, en particular sobre el trato que está dispuesto a dar a Die Linke.

Adiós a Merkel 

Hasta cuatro veces la hemos visto jurar su cargo. Científica, luterana y de origen humilde, Angela Merkel se convertía en la primera mujer al frente de Alemania. También, en la primera canciller procedente del Este. Durante 16 años, ha gobernado la principal economía europea y sus políticas han marcado el rumbo de todo el continente. 

Como ejemplo, las duras medidas de austeridad que impuso, durante la crisis de 2008, a los países del sur, incluida España. También, su apertura de las fronteras a casi un millón de refugiados en 2015, lo que le costó numerosas críticas en su país. Dos años después, vio como la extrema derecha entraba en el Parlamento como tercera fuerza. Sus últimas crisis, la del coronavirus y las inundaciones al oeste del país. 

El consenso, su perseverancia y capacidad de trabajo han sido sus señas de identidad. También, su interminable colección de chaquetas en todos los colores y el característico rombo que forma con sus manos. Angela Merkel ha sido la mujer más poderosa de este siglo. Su futuro, una incógnita. El de su país, también. De momento, asegura, paseará por la naturaleza y dormirá un poco.