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TELÉFONO DE LA ESPERANZA

40 años del Teléfono de la Esperanza en Aragón: del fijo al móvil y al chat para atender a más de 300.000 personas

La soledad y la incomunicación están detrás de la mayoría de las llamadas. Internet ha cambiado sustancialmente los problemas emocionales y casi el 40% de los usuarios presenta riesgo suicida. En 2023, en 13 casos se activó la atención personal

SARA COMÍN. ARAGÓN NOTICIAS /
El Teléfono de la Esperanza en Aragón cumple 40 años./ Pixabay
icono foto El Teléfono de la Esperanza en Aragón cumple 40 años./ Pixabay

El Teléfono de la Esperanza en Aragón cumple 40 años en los que ha atendido a más de 307.000 personas. La pandemia ha supuesto un notable impacto en este servicio, como también lo ha hecho la implantación de las nuevas tecnologías. El uso de pantallas digitales y redes sociales ha dejado atrás una vida más comunitaria y colectiva para dar paso a una individualización que, en muchas ocasiones, deja sin redes de apoyo a muchas personas.

Casi el 40% de las personas que llama al 976 232 828 presenta síntomas de riesgo suicida, pero no ideación, la mayoría de ellos son jóvenes y mayores. Y es ahí donde ponen el foco los 80 voluntarios que están al otro lado del teléfono: evitar que esta situación llegue a ser una ideación suicida. Para Alberto Hernández, presidente del Teléfono de la Esperanza en Aragón, lo fundamental en estos casos es "prevenir el suicidio antes de la ideación porque hay síntomas que ayudan a detectarlo de manera precoz".

Si hay ideación suicida, es fundamental buscar una alternativa a aquellas problemáticas que llevan a un círculo vicioso y "convertirlo en un círculo virtuoso", explica Hernández. Si hay riesgo real, hay un mecanismo de contacto con emergencias que atiende toda llamada de auxilio y que moviliza todos los recursos necesarios. Los últimos dos años han dejado cifras preocupantes: de unos cuatro casos al año en los que se activaban las intervenciones personales se ha pasado a 10 en 2022 y a 13 en 2023. 

La COVID-19 y sus consecuencias siguen estando presentes. Como explica Alberto Hernández, antes de 2020 "ya se había registrado un incremento en el número de llamadas", alcanzando las 7.000, pero, a partir de ahí, no se ha bajado de las 8.000, lo que significa que "se reciben mil llamadas más en Aragón que las que se recibían antes de la pandemia". 

El grueso de las llamadas las realizan personas de mediana edad, entre quienes se repiten los motivos: se sienten solos e incomunicados, se ha truncado su proyecto familiar o tienen problemas de ansiedad, depresión, trastornos mentales o problemas existenciales. Pero en los últimos años se percibe un aumento de la demanda de jóvenes y mayores, que representan el 30% del total.

En este contexto, el Teléfono de la Esperanza se ha adaptado a las nuevas formas de comunicación de los jóvenes y hace dos años pusieron en marcha la aplicación APPCONÉCTATE.SOCIAL, que se puede descargar y da la posibilidad de chatear y de contar con un teléfono cerca de su geolocalización. Funciona en toda España y ha recibido casi 17.000 solicitudes de ayuda. 

40 años dan para mucho, también para analizar cómo han cambiado las solicitudes de ayuda. Lo que más llama la atención en el Teléfono de la Esperanza es cómo se traslada a estas llamadas el cambio social, que ha supuesto dejar atrás una vida más colectiva, de más participación comunitaria y fuertes lazos familiares y de amistad, a tener una vida más individualizada, en la que hay más soledad. Cuando empezó a funcionar este servicio los jóvenes tenían también una vida más colectiva. En la actualidad todo es rapidez. Las pantallas digitales ocupan un lugar protagonista y, eso, señala Alberto Hernández, "ha hecho que nuestro tiempo sea más individual y menos social".

La parte de aprendizaje social es ahora más difícil y ha dejado de existir en gran parte de la sociedad el sentimiento de pertenencia a un grupo cohesionado; algo que, a nivel emocional, ha afectado mucho y así queda de manifiesto en las llamadas que el Teléfono de la Esperanza recibe desde hace 15 años, coincidiendo con la explosión de Internet y las redes sociales.

Los voluntarios se preparan durante un año 

Los 80 voluntarios del Teléfono de la Esperanza se preparan durante un año antes de ponerse al otro lado. En este tiempo, refuerzan los puntos débiles y potencian las fortalezas humanas, a la vez que aprenden técnicas de comunicación y procedimientos para saber cómo actuar en cada momento. Saben cuáles son los principales motivos de las llamadas y cuando hay riesgo, se actúa. Esta formación, además, es continuada. Lo más importante, asegura Alberto Hernández, quien también forma parte del voluntariado, es "conectar emocionalmente con la otra persona y aplicar cuatro factores básicos: escucha, empatía, emoción y esperanza"

El Teléfono de la Esperanza de Aragón es un servicio que está disponible de manera ininterrumpida los 365 días del año las 24 horas del día, y donde se garantiza la gratuidad y el anonimato.

Las reivindicaciones que hacen desde esta entidad es que el suicidio se aborde como un problema de salud pública y no solo de salud mental. Reclaman planes preventivos a las administraciones y el impulso conjunto de proyectos que incluyan a todos los profesionales, desde servicios sociales hasta sanitarios, educativos, así como fuerzas y cuerpos de seguridad, sin olvidar medios de comunicación y entidades que abordan esta realidad.