Badiola recomienda que las restricciones se supriman poco a poco

El director del Centro de Enfermedades Transmisibles y Emergentes de la Universidad de Zaragoza, Juan José Badiola, ha considerado “absolutamente necesaria” la medida acordada este lunes para recuperar el aforo completo en las aulas universitarias ya que, a su juicio, no tenía “ningún sentido” que no lo hiciera mientras los bares están “al cien por cien”. Un paso avalado por el número de contagios “muy limitado” del curso pasado gracias al “comportamiento responsable” de los alumnos en la clases. 

Pese a la mejoría generalizada de la situación epidemiológica, Badiola ha pedido prudencia a la hora de adoptar nuevas medidas como las que plantea la Comunidad de Madrid sobre retirar las mascarillas en los recreos o incluso en los centros de trabajo, que ha sugerido que puedan estar condicionadas por la “oportunidad política”.  

“Veo muy difícil que los niños puedan mantener permanentemente esa distancia de seguridad, es una quimera porque interaccionan, se tocan, juegan, es normal”. Sobre la retirada de protección en los centros de trabajo, el investigador ha cuestionado que se pueda garantizar en esos espacios una “ventilación adecuada” sobre todo de cara al invierno. “Uno no va al trabajo y está sentado en una silla ocho horas, ni el virus se queda tampoco quieto”, ha reflexionado.  

Por eso ha pedido que el levantamiento de las medidas sanitarias se realice de manera “progresiva” porque siempre puede haber altibajos. Los mismos que contemplaba tras la semana de los Pilares. “Tenía miedo de que supusiera un repunte de los contagios porque ha habido una movilidad exagerada de la gente en toda España, pero la vacunación ha resistido a ese exceso de movilidad y ha actuado como una barrera que ha contenido los contagios”, ha valorado. 

 A ese momento crítico del calendario le sucede el inminente puente de Todos los Santos. “La gente se mueve bastante y hay que recordar que el año pasado, que no estábamos vacunados, este brote de otoño tuvo uno de los resultados de contactos más elevados”. Por ello ha reiterado el llamado a la prudencia, el uso de la mascarilla, la distancia de metro y medio y evitar las aglomeraciones. “Si superamos este otoño aplicando las medidas y ayudados por la vacunación ya no me preocupará mucho la Navidad”, ha valorado. 

Un horizonte temporal en el que no contempla la retirada de la mascarilla en los espacios interiores a la espera de la posible incidencia de nuevas variantes y el importe de casos que está convencido que traerá el despliegue completo del tráfico aéreo por los bajos porcentajes de vacunación que presentan todavía muchos países. “Se ha demostrado que resulta una barrera física muy importante y eficaz, así que, si superamos el invierno, la llevaremos hasta que la próxima primavera veamos que la situación se ha normalizado”, ha pronosticado.   

En esa lucha frente al virus, Badiola ha destacado como clave el papel que juega el proceso de vacunación y la carrera de la ciencia por el desarrollo de inmunizaciones más perfeccionadas, que incluso buscan alternativas en caso de que una nueva variante no respete la barrera vacunal.

Un virus con el que “habrá que seguir conviviendo” porque a su juicio manifestará “picos periódicos”, pero que deja enseñanzas muy importantes, tanto a nivel individual como colectivo e institucional. “Esta pandemia no se va a olvidar porque ha afectado a demasiadas personas. La UE lo hizo mal al principio y muy bien en la segunda parte”. Badiola se ha referido a la necesidad de dedicar recursos a la fabricación en Europa de equipos de protección como una “herramienta estratégica”. “No podemos ir siempre a lo barato porque la salud cuesta, pero hay que mantenerla”.