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TERUEL

Comienzan a llegar las primeras ayudas seis meses después del incendio de Olba y San Agustín

Los afectados consideran que las cantidades son muy insuficientes para compensar las pérdidas que sufrieron. El fuego, iniciado en Castellón, arrasó 4.700 hectáreas, 900 de ellas en la provincia de Teruel

ARAGÓN NOTICIAS /
icono foto Las huellas del incendio en la provincia de Teruel son visibles seis meses después.

Los afectados por el incendio del pasado mes de marzo iniciado en Castellón y que alcanzó varios municipios de la provincia de Teruel han comenzado a recibir las primeras ayudas, cuando se cumplen seis meses desde que se inició el siniestro. También se han puesto en marcha las labores para la reforestación de los montes, financiadas por el Ministerio para la Transición Ecológica. Las llamas se saldaron con 4.700 hectáreas quemadas, 900 en Aragón, y el fuego obligó incluso a desalojar a 250 vecinos de Olba y barrios de San Agustín.

La devastación del incendio es todavía muy visible. En San Agustín, el verde y el negro compiten en los montes que arrasó el fuego justo al inicio de la primavera. Uno de los afectados por el suceso e Ricardo Nebot, que ha vuelto, como cada verano, a su barrio, El Caballero. Además del paisaje calcinado, se ha encontrado sin agua corriente. "Se quemaron las mangueras que traían agua de la balsa", explica a los micrófonos de Aragón TV.

El fuego se cebó en La García, donde tampoco hay agua y casi todas las viviendas presentan daños. Las llamas alcanzaron siete casas, y tres vecinos se quedaron sin su vivienda habitual.

Las ayudas están comenzando a llegar, aunque los afectados las consideran insuficientes. "Están empezando con las resoluciones. Toda ayuda es buena, pero 15.000 euros para el que ha perdido su casa es poco", comenta Daniel Riera, alcalde de San Agustín. 

La localidad vio como ardían más de 700 hectáreas de su monte. El fuego arrasó también caminos o conducciones de agua y tardará décadas en volver la frondosidad de un monte que para los vecinos era "un paraíso".

De momento, el Ministerio de Transición ecológica ha destinado unos 200.000 euros a la restauración de este espacio, y han comenzado los trabajos para construir fajanas y albarradas con la madera quemada para evitar que las lluvias erosionen las laderas.