Dime qué 'emoji' usas y te diré que edad tienes

Usar emoticonos en una conversación de WhastApp es habitual para los jóvenes adultos, que entienden su utilización como una forma de sumar emoción a sus palabras. Sin embargo, en el caso de los adolescentes, las caras amarillas y los símbolos están pasados de moda y es cosa de "personas mayores". En su lugar, las nuevas generaciones prefieren incluir 'stickers' y 'gifs' en sus mensajes o reducir el contenido a un audio, dando lugar, incluso, a conversaciones confeccionadas exclusivamente de audios. Esto último puede llevar directamente a la siguiente reflexión: ¿y por qué no se llaman en lugar de mandarse audios?. Si esa pregunta ha planeado su cabeza y en su chat más reciente hay una cara sonriente, un corazón o un pulgar arriba, su uso de las redes sociales es claramente el de un adulto. 

La explicación a esa diferencia es sencilla. "La población joven adulta ha vivido la transición entre la comunicación analógica y la digital. Lo que les permiten los 'emojis' es hacer que esa transición sea más llevadera, dotando al texto de emociones", explica Juan David Gómez, profesor investigador del Departamento de Psicología y Sociología de la Universidad de Zaragoza. El 70% de casi cualquier conversación es no verbal, por lo que "usar 'emojis' permite emocionar las palabras".

Una teoría que refuta el último estudio de la investigadora de la Universitat Politècnica de València (UPV) Carmen Pérez Sabater, que compara la utilización de las redes entre adolescentes y adultos: "Los emoticonos son cosa de gente mayor". 

La tesis expone que el uso de 'emojis' entre jóvenes -con edades comprendidas entre los 12 y los 16 años- es residual, tanto cuando se comunican en grupos como cuando lo hacen en conversaciones privadas. De hecho, en sus 'whatsapp' predomina el texto, el 79% de los mensajes analizados contenían solo texto. Por tanto, incluir los símbolos amarillos es cosa del pasado.

Por contra, los 'stickers' -imágenes, a veces acompañadas de alguna palabra- y los 'gifs' -imágenes en movimiento de duración muy breve- son los recursos más extendidos entre los jóvenes, normalmente como fórmula de respuesta rápida. "Las nuevas generaciones se han incorporado desde temprano a las tecnologías y no requieren de acompañar los textos con emociones", sostiene Gómez. 

Los signos de puntuación, la frontera (in)visible entre generaciones

Los adolescentes son mucho más creativos con el lenguaje que las personas de más edad. Incorporan anglicismos y neologismos con suma facilidad. "No son portadores de un bagaje cultural previo, a diferencia de un adulto, que lo tiene más consolidado, y adoptan con rapidez expresiones que aprenden de 'streamers' o 'influencers'. 'Lol', 'raidear' o 'castear', son palabras de lo más común para los menores de 35 y términos completamente nuevos para el resto. 

Ese uso de la lengua hace que el salto generacional sea cada vez más amplio. Basta con ver cómo un simple punto (.) cambia todo el significado de un mensaje para alguien de 16 años, que lo entenderá como algo "borde" y que, por contra, para alguien de más de 35 será un simple signo de puntuación. 

"El uso de abreviaturas, la 'x' para referirse al género y los puntos suspensivos son fórmulas habituales en la comunicación de los jóvenes, que rompen con el contexto académico y formal que suelen utilizar las generaciones anteriores", indica el investigador de la Universidad de Zaragoza. 

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