El número de mujeres sin hogar en Zaragoza se duplica en solo tres años

Viven ocultas entre nosotros, a veces escondidas, a veces tras una esquina... Son las mujeres sin hogar, seres 'invisibles' sin un techo bajo el que protegerse, donde asearse, donde guardar sus recuerdos. Pero todas tienen una vida detrás, una historia que, quizá, no sea tan distinta a la de las demás personas. En apenas tres años, el número de mujeres sin hogar en Zaragoza ha pasado del 8% al 18%. El fenómeno lleva años allí, aunque se oculta de muchas maneras. Varias de ellas ponen nombre y rostro a una situación que más cercana de lo que pensamos en el programa 'Objetivo' de Aragón TV.

Una de ellas es Michaela, que lleva más de cuatro años en la calle. Pero no siempre fue así, antes tenía un trabajo y una casa: "El último trabajo que tuve fue para cuidar una niña. A las siete acababa y después me iba a casa. Pero después de eso, se acabó mi vida". Existe un estigma sobre las personas sin hogar. Un "ellos se lo habrán buscado". Pero, lo cierto, es que hay muchos estereotipos que merecen ser rebatidos. Como Michaela, el 72% ha tenido una familia propia. El 13% tiene un título universitario y más de la mitad terminaron la secundaria. El 30% nunca ha probado ni el alcohol ni las drogas. Y la gran mayoría tienen miedo porque, como Michaela, el 70% de las mujeres ha sido víctima de violencia.

Próxima apertura

'Casa Abierta' es una iniciativa público-privada que abrirá sus puertas en las próximas semanas para dar cobertura al incremento de mujeres en la calle que se está produciendo. Allí vivirán seis mujeres que podrán permanecer todo el tiempo que lo necesiten.

"Las mujeres sin hogar son las personas más vulnerables de la ciudad", afirma el consejero de Acción Social de Zaragoza, Ángel Lorén. "Ahora tenemos 24 pisos funcionando, muchos en colaboración con entidades y muchos destinados únicamente a mujeres".

Pero, aún así, no son suficientes. Los aforos reducidos por la COVID y el porcentaje de camas destinadas a mujeres, ya de sí más bajo que el de hombres, hace que salten las alarmas. "Es cierto que las mujeres son un colectivo que, ya solo a nivel de plazas en el albergue, son solo un 20% de las plazas que tenemos, pero la realidad social avanza muy deprisa y nos damos cuenta de que hay más mujeres por la calle", explica Juan Manuel Harto, del albergue de Zaragoza. "Pueden ser los problemas económicos, la estructuración personal... La cuestión es que no tengan red. Si no tienes red, le puede pasar a cualquiera", añade.

Las adicciones dificultan todos los procesos de inserción, pero no siempre están detrás de estas historias. Marifé es otra de las protagonistas del programa: "Me despidieron del trabajo y vivía de alquiler. Así que no entraba nada y solo salía, así que me vi en la calle. Y fui al albergue y allí dije yo vengo aquí para luchar para salir de allí y no volver. A cualquiera le puede pasar".

Quedarse en el paro, la pérdida de un familiar fundamental, maltrato... Se conocen como factores estresantes. Todos pasaremos por al menos tres a lo largo de la vida. Una persona que está en la calle suele sufrir siete en un breve periodo de tiempo. Viven sin red. Hasta que alguien les ayuda a empezar a tejer.

El sinhogarismo es un problema complejo que combina las historias personales con un mercado laboral precario, con dificultades para acceder a la vivienda y una sociedad cada vez más individualista. Quizá no las vean, pero hoy en España 7.000 mujeres dormirán en la calle.