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SANIDAD

La colaboración entre el centro de salud de La Jota y las farmacias del barrio se exporta a otras zonas de Zaragoza

La mejora en las comunicaciones ha permitido aliviar la presión de la Atención Primaria y facilitar a los pacientes la solución de trámites administrativos sin pasar por su centro de salud

ARAGÓN NOTICIAS /
Fachada de una farmacia.
icono foto Fachada de una farmacia.

El centro de salud de La Jota, en Zaragoza, y las farmacias del barrio se reunieron en abril de 2021, en plena pandemia, para tratar de hallar un sistema que permitiera descongestionar a los trabajadores de Atención Primaria liberándoles de los trámites administrativos para que pudieran centrarse en su tarea médica. Finalmente, hallaron el modo: utilizar las recetas electrónicas para que los farmacéuticos pudieran comunicarse con el personal del centro, avisándoles previamente con un correo electrónico. La idea ha dado tan buenos resultados que ese sistema se aplica ya en otras ocho zonas básicas de la capital aragonesa.

Como ha explicado la farmacéutica Ana Sáez en el programa Despierta Aragón, de Aragón Radio, en el 'email' incluyen un código que les permite anonimizar la información del paciente para no quebrantar la Ley de Protección de Datos. De este modo, en el correo electrónico solo incluyen el código de la historia del paciente, que es lo que utiliza el médico para acceder a su ficha de receta electrónica y leer las notas que se dejan desde la farmacia.

En esas notas, los farmacéuticos pueden, por ejemplo, solicitar la renovación de una receta cuando ven que no pueden proporcionarle el medicamento al paciente porque ha caducado, o avisar de un problema de receta duplicada. De esta forma, un trámite para el que el paciente tendría que pedir hora en su centro de salud puede solucionarse rápidamente desde la farmacia, permitiendo que el personal médico dedique más tiempo a sus funciones propias que a las administrativas.

En casos extremos, incluso, permite avisar al médico de que la pauta de un fármaco ha aumentado y el paciente se va a quedar sin él mucho antes de su próxima cita. De esta forma, el tratamiento no se interrumpe, algo especialmente grave en medicamentos contra la epilepsia o la hipertensión.

La doctora Lourdes Clemente lo explicaba así en el programa: "Nos ha supuesto poder ver presencialmente a más pacientes y dedicar nuestro tiempo a lo que realmente necesitamos, a explorar, hablar con ellos y hacer un diagnóstico más certero. Así hacemos nuestra labor real de médico y no somos administrativos".

Desde que se puso en marcha el proyecto, el centro de salud de La Jota y las 13 farmacias del barrio han intercambiado más de 17.000 correos electrónicos. Algo que ya se hace también en las boticas de otras ocho zonas de salud básicas, que han aplicado el mismo método para mejorar el servicio al paciente: Actur Norte, Actur Sur, San José Sur, Zalfonada, Almozara, Mequinenza, Garrapinillos y Casetas. Ana Sáez anima al resto a que se sumen: "Es algo que se puede implementar fácilmente porque requiere utilizar algo que ya tenemos todos, como son la receta electrónica y el correo electrónico".

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