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RELIGIÓN

El número de creyentes aumenta desde la pandemia, aunque cuatro de cada diez españoles se declaran ateos

El 56,3% de los ciudadanos de nuestro país afirma ser religioso, pero desciende el número de practicantes. Los sociólogos creen que esta tendencia continuará en el futuro

TERESA P. ALBERO /
Imagen de archivo de una misa en honor de la Virgen del Pilar, en Zaragoza. / Daniel Marcos
icono foto Imagen de archivo de una misa en honor de la Virgen del Pilar, en Zaragoza. / Daniel Marcos

La pandemia, la guerra de Ucrania y la crisis económica podrían estar detrás del aumento en el número de católicos que se ha producido por primera vez en tres años. De hecho, un 56,3% de la población española se declaraba creyente en 2022, lo que supone el mayor crecimiento de este grupo en los últimos seis años, según el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS). Por otra parte, también aumenta la tasa de ateos y no creyentes, que pasa de un 37,3% en 2021, a un 39,2% en 2022. 

El declive de la fe entre los españoles se lleva produciendo, de forma acusada, desde hace 16 años. En 2006, el 77,3% de la población aseguraba ser católico, mientras que solo un 19,4% se situaba como no creyente. Unas cifras que, comparadas con las de los últimos 12 meses, son reflejo de la sociedad actual y de los cambios que se han producido en el país y en la Comunidad. 

"No es un cambio de tendencia abrupto, pero estas variaciones leves responden a fluctuaciones normales en estas estadísticas", apunta el catedrático en Sociología de la Universidad de Zaragoza, Carlos Gómez, quien apuesta porque seguirán a la baja en los próximos años: "La tendencia es que los no practicantes aumenten. Es un hecho claro". 

Canalizar la inseguridad a través de la religión

En los últimos seis años se han producido dos repuntes entre los creyentes, el primero en 2019, aunque muy leve (0,4%), y el segundo en 2022, más acusado (1,1%). Los acontecimientos históricos de los últimos tres años están detrás de los cambios sociales que reflejan las estadísticas del CIS. "Siempre que hay un suceso a nivel mundial, se incrementa el sentimiento de solidaridad. El miedo al futuro también hace que las personas canalicen la inseguridad a través de la religión", confirma el experto. 

Algo que desde la Archidiócesis de Zaragoza esperaban, pero en mayor proporción. "Creíamos que ese parón del confinamiento haría resurgir los valores espirituales y la práctica religiosa, pero no ha cumplido esa expectativa", comenta el director de comunicación de la institución, José Antonio Calvo.

El confinamiento y la pandemia de la covid-19, la guerra de Ucrania en 2022 y la actual crisis económica hacen que aumente la incertidumbre y se tienda al refugio de la fe. Aunque también existe la lectura opuesta de aquellos que acaban con sus creencias ante acontecimientos negativos. Desde 2019, la población atea ha aumentado un 11,7% (actualmente es del 39,2%). Una tendencia que comenzaba en 2016, cuando solo el 23,4% de los españoles se declaraba no creyente. 

Menos bodas y bautizos

"La religiosidad queda como algo más del pasado que de la actualidad. Antes se vinculaba directamente con la identidad política y social, ahora se relega al ámbito privado. Basta con ver que la mayoría de Iglesias apenas tienen feligreses en el momento del culto", explica el sociólogo.

Atendiendo a los grupos de edad, los jóvenes de entre 18 y 24 años son los que más se identifican como ateos, un 61%, frente al 17% en el caso de los mayores de 75, según el barómetro del CIS de diciembre de 2022. "Se reduce, sobre todo, la práctica religiosa de acudir a los servicios y a las ceremonias", afirma Gómez. 

Una realidad que desde la Iglesia no comparten. "Vemos un cambio. Está creciendo el número de jóvenes que se acercan, sobre todo los universitarios y recién egresados, de entre 18 y 30 años", señala Calvo, quien afirma que es una tendencia anterior a la pandemia y que se ha consolidado en el último año. 

Lo que sí desciende, como confirma la Archidiócesis, es el número de celebraciones religiosas que se realizan cada año en Zaragoza: "Lo notamos mucho en el matrimonio y en bautismo. Cada vez hay menos gente que se decide por la celebración de los sacramentos".