Fraga y Calanda también celebran con ofrendas su día del Pilar
La localidad oscense y la turolense han vivido con mucha emoción el día grande de sus fiestas
La localidad oscense de Fraga y la turolense de Calanda han celebrado con sendas ofrendas a la virgen el día del Pilar. Sus calles se han llenado de devoción, flores y trajes tradicionales en el día grande de sus fiestas.
Los fragatinos y fragatinas han vivido con emoción este día del Pilar en el que muchos han vestido la indumentaria tradicional para participar en la ofrenda floral a la virgen. Una ofrenda que ha comenzado en la estatua de La Fragatina y que ha recorrido las estrechas calles del centro de la ciudad hasta llegar a la iglesia de San Pedro.
Allí, los oferentes, con sus moños de picaporte y de rosca, mantones, etc., han dejado sus flores en la capilla de la Virgen del Pilar. "El traje de gala para ir a la Iglesia”, ”la falda negra como manda la tradición”, "todo fragatino está ataviado para hacer la ofrenda", comentaban algunos de los presentes.
El sonido de la Rondalla Peña Fragatina ha acompañado a un acto en el que además de las flores ha habido mucho sentimiento. "Es un día que se pasa en familia, muy emotivo", "es un orgullo", "en Fraga somos muy aragoneses, la Virgen del Pilar lo es todo", reconocían los oferentes.
La capital del Bajo Cinca ha celebrado el día grande de unas fiestas con más de 150 actos y con un cumpleaños: la Peña Fragatina, con unos 3.000 socios, cumple 50 años.
Además, de Fraga, localidades altoaragonesas como Belver de Cinca, Castejón de Sos, Torla, Colungo o el barrio del Puente Sardas, en Sabiñánigo, también celebran sus fiestas con motivo de la festividad de la Virgen del Pilar.
Celebración en Calanda
También Calanda ha celebrado los actos más emotivos de sus fiestas del Pilar. El principal también ha sido la ofrenda de flores con los trajes típicos de esta localidad turolense.
Clavel a Clavel, en Calanda han compuesto el manto de la Virgen del Pilar. Una tradición que comenzó en los años 50 y que ha ido creciendo. Este año muchos calandinos que viven fuera han vuelto a su pueblo para poder participar en este acto, aprovechando el puente festivo.
Los vecinos han transmitido la tradición entre las nuevas generaciones. “Es la primera nieta que tengo y la primera vez que se viste”, ha destacado una de las oferentes.
Además, de Calanda, este día también se celebra en otras localidades turolenses como La Iglesuela del Cid o Rubielos de Mora, o en la propia capital, donde también se lleva a cabo una ofrenda de flores.
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