Irene Vallejo, "sorprendida" ante el éxito de 'El infinito en un junco'

La escritora y filóloga Irene Vallejo lanzaba 'El infinito en un junco' hace dos años, un ensayo de 400 páginas sobre Grecia, Roma y las civilizaciones mediterráneas que acumula 40 ediciones en España, más de 400.000 ejemplares vendidos y su traducción a más de 30 idiomas. "Ha sido todo tan sorprendente, tan inesperado, que sigo todavía en esa situación incrédula de no explicármelo", reflexiona Vallejo en una entrevista en Aragón Radio. 

La premiada escritora ha sido, además, propuesta por el Ayuntamiento de Zaragoza como Hija Predilecta de la ciudad por su trayectoria profesional reconocida en el ámbito nacional e internacional. Muestra de ello es su gira por Italia, de donde acaba de regresar: "Estudié en Florencia mi doctorado, así que ver ahora mi libro traducido ha sido como cerrar un círculo", cuenta. 

Otra de las últimas citas de Vallejo ha sido la Feria de Libros de Madrid, donde ha podido tener contacto directo con sus lectores, con los que, confiesa, ha vivido situaciones "conmovedoras". "Era hermoso ver cómo detrás de cada lector había una historia que querían compartir conmigo. En alguna ocasión hemos acabado con las lágrimas al borde de los ojos", afirma. 

"Me enamoré de los libros porque mi madre me contaba cuentos"

La pandemia y los meses de confinamiento domiciliario no han acabado con la lectura, la novela y los libros, sino más bien al contrario. En palabras de Vallejo, la crisis sanitaria ha supuesto un "abrazo a los libros" en un momento de emergencia. "Para todos los que llevan años prediciendo la extinción de los libros, la cultura y la novela, ha sido una demostración de lo vigente, necesario y placentero que sigue siendo leer", ha sentenciado con rotundidad. 

Reivindicadora de las Humanidades, confiesa haberse "curtido" ante los comentarios sobre la escasez de oportunidades laborales en su ámbito y realiza una defensa de la literatura. "Me enamoré de la literatura porque mi madre me contaba cuentos antes de dormir, una tradición que ahora yo practico con mi hijo", relata. 

Respecto a las dudas y la incertidumbre ante sus nuevas obras, destaca que cada nuevo libro implica "medirte otra vez con el lenguaje, con las emociones y los sentimientos", pero que no hay que dejar que bloqueen sino que sirvan para crear un "impulso para buscar nuevos caminos, sondear las certezas y mantener viva la curiosidad", concluye.