La hostelería se queda a oscuras ante la subida de la luz

Con puntualidad británica, los propietarios de miles de bares y restaurantes de toda España han apagado las luces de sus negocios este martes a las siete de la tarde. La hostelería quiere evidenciar su malestar por los altos costes energéticos. Durante cinco minutos (hasta 15 en algunos locales), las velas han sustituido a las lámparas. Denuncian que el importe de sus facturas se ha triplicado y que así es imposible permanecer abiertos. Entre sus reivindicaciones se centran en la puesta en marcha de unos bonos eléctricos, como los establecidos con la pandemia, además de la eliminación de peajes por cambio de tarifa, la rebaja de impuestos energéticos o la compra agrupada de energía.

Una protesta secundada en establecimientos de Granada, Córdoba, Ciudad Real, León, Murcia, Málaga , La Rioja, Alicante, Almería, Ávila, Sevilla, Lleida, Zaragoza, Teruel, Asturias ,Lugo, Salamanca, Segovia, A Coruña, Huelva , Cádiz, Jaén , Cantabria, Cuenca, Cáceres, Badajoz, Valencia y Huesca, según el registro facilitado por la Confederación Empresarial de Hostelería de España. Una entidad que congrega a cerca de 300.000 empresas del sector a nivel nacional. Con este gesto quieren llamar la atención sobre cómo les está afectando la subida de los precios, sobre todo de la energía. Aseguran que su situación es insostenible.

En el último mes, la factura energética se ha reducido cerca de un 20%, pero la incertidumbre y la escalada de precios continúa. José María Marteles, presidente de la Asociación de Cafés y Bares de Zaragoza y Provincia, habla de situación "insostenible" si no se toman medidas con carácter urgente.

Unas demandas que se hacen desde todos los rincones hosteleros de Aragón porque recalcan que no quieren trasladar estos costes a los clientes. Fernando Martín, presidente de Horeca Zaragoza, solicita:  "Que se quiten todos los peajes eléctricos, los costos regulatorios y que minimice un poco este efecto. Además, conseguir unas bonificaciones masivas de energía, bien de renovables o de eólica", 

Casos concretos como el del restaurante El Real, en plena Plaza del Pilar. En el último año su factura eléctrica ha pasado de 1.700 euros mensuales a más de 8.000. Casi cinco veces más de lo que acostumbraban a pagar. 6.000 euros de diferencia que se van en cámaras, congeladores, la cocina, la cafetera o los televisores. Aparatos esenciales para dar el servicio y que no se pueden apagar. Aunque sus ingresos también han aumentado, a final de mes la cuenta es negativa.