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VIAJES

La moda del 'house sitting': cuidar mascotas a cambio de alojarse gratis en distintos países

Sara Arilla, traductora zaragozana, ha visitado más de 20 casas repartidas por el mundo gracias a esta iniciativa. En algunas plataformas hay más de 8.800 hogares disponibles para esta prácticas

ARAGÓN NOTICIAS /
Sara Arilla en uno de sus destinos como 'house sitter'. / Sara Arilla
icono foto Sara Arilla en uno de sus destinos como 'house sitter'. / Sara Arilla

Viajar por el mundo cuidando las mascotas o regando las plantas de diferentes inquilinos es posible gracias al 'house sitting'. Esta práctica internacional consiste en un acuerdo mutuo entre el propietario y los 'pet sitters' o cuidadores, por el que los primeros ceden su hogar de manera temporal a cambio de la realización de una serie de tareas cotidianas para su mantenimiento. Páginas web internacionales como 'Trusted Housesitters' cuentan con más de 8.800 hogares y 70.000 mascotas en 131 países del mundo. Destacan principalmente perfiles jóvenes y parejas, procedentes de países como Estados Unidos, Reino Unido y Cuba, entre otros.

Un total de 14 cuidadores de mascotas se encuentran, actualmente, en Aragón, según recoge la plataforma, dos en la provincia de Huesca y 12 en la de Zaragoza, entre los que se encuentra Sara Arilla, una traductora zaragozana.

Esta joven descubrió el 'house sitting' a través de un grupo de Facebook sobre nómadas digitales, donde hablaban de este tipo de intercambios. Su primera experiencia llegó en 2019. "Fue bastante diferente al estreno de otros 'house sitters. Yo me lancé y me fui a Estados Unidos, donde pasé dos meses, cada uno en una casa diferente", resume Arilla, que ha visitado 20 casas en Estados Unidos, Irlanda, Canadá, Australia y España.  

Para acceder a las diferentes plataformas de 'house sitting' donde se establecen los contactos con las personas que ofrecen su casa, hay que cumplir "con la verificación de que eres una persona real", añade Arilla, y "aportar información de intereses, gustos y cuidado de animales", entre otras cuestiones. Los gastos que deben afrontar los 'pet sitters' son los del desplazamiento y los derivados de la alimentación y necesidades básicas individuales, "aunque algunos propietarios también reclaman una aportación por el consumo de agua y luz", apunta. Unas condiciones similares a las que se reclaman entre los usuarios de intercambio de viviendas para realizar turismo.

Sara Arilla, en una de sus estancias como 'pet sitter', en la ciudad canadiense de Toronto. / Sara Arilla

Las tareas de los 'pet sitters' van desde recoger el correo, regar las plantas o pasear a las mascotas, principalmente perros. "Al final, se hace lo mismo que en tu propia casa, mantenerla limpia o cuidar el jardín. No sueles coincidir con los propietarios, aunque puede ser que estén a tu llegada para explicar las cosas básicas del hogar o los días previos a tu salida", detalla Sara Arilla. Entre las oportunidades que ofrece el 'house sitting destaca la de descubrir nuevos países y culturas.

"A mí me permitió realizar una inmersión cultural en Estados Unidos, conocer lugares como Australia, donde he estado este verano, y visitar uno de mis lugares turísticos favoritos, Irlanda", explica la traductora zaragozana, quien comparte alguna de las anécdotas surgidas durante los intercambios. "En una de las casas estadounidenses donde estuve, me tocó cuidar a un perro de raza grande que casi no quería salir de casa y que iba parándose por la calle", recuerda.   

Además, en el caso de Sara Arilla, combina la práctica del 'house sitting' con su profesión de traductora de idiomas. "Yo voy con mi ordenador portátil a todas partes. A raíz de mi vida diaria en los destinos en los que he estado, me han ido también surgiendo nuevos clientes y empresas con las que trabajar", subraya. Además, comparte su experiencia y ofrece consejos sobre el alojamiento a cambio del cuidado de las mascotas u otras tareas del hogar en 'Traductora viajera', tanto en su web como en los perfiles de Instagram y YouTube.  

Entre las características que comparten la mayoría de las personas que se suman a esta tendencia está la de tenencia de una mascota y una amplia experiencia en el cuidado de animales. "Yo tengo una gata desde 2018 y siempre que dejo Zaragoza para ir a otro destino intento que alguien venga como 'pet sitter' para cuidar de ella", comparte Arilla. 

Fotografías

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