Las falsificaciones: una losa en el mercado difícil de controlar y por las que optan uno de cada cinco españoles

Por ahorrar algo de dinero, por presumir de un producto que no nos podemos permitir o simplemente por error. Estos son los principales motivos por los que los compradores terminan adquiriendo una falsificación. Según la Oficina de Propiedad Intelectual de la Unión Europea (EUIPO), un 20% de los españoles compraron falsificaciones intencionadamente en 2023, cuatro veces más que en el año 2020, y las consecuencias son directas. Se calcula que el impacto porcentual de las falsificaciones en el PIB del país es de un 20%, con unas pérdidas de ventas de 5.700 millones de euros al año y de 44.700 empleos -el doble de los puestos de trabajo que genera el sector porcino en Aragón, 21.000-, según calcula la empresa de seguridad suiza Sicpa. 

"España es el segundo país de Europa por detrás de Bulgaria, que se sitúa en el 24%, en la compra intencionada de falsificaciones", afirma el director general de la Asociación Nacional de Defensa de la Marca, ANDEMA, Gerard Guiu. Los sectores más afectados por las falsificaciones son con diferencia la confección, los cosméticos y los juguetes. Estos tres mercados juntos suman pérdidas de 1.511 millones de euros -el 6,7% de sus ventas- y 15.044 puestos de trabajo. "El sector más afectado es el textil y el calzado, que ha perdido más de 11.00 empleos. Le sigue el cosmético con 3.600 puestos de trabajo", apunta Guiu.

Para el director de ANDEMA, "comprar falsificaciones es una cuestión aspiracional: postureo". Y respalda su afirmación en que, según un estudio de la asociación realizado por el Colegio de la Psicología de Madrid, el perfil psicológico del consumidor de falsificaciones es "hombre o mujer menor de 35 años, con orgullo narcisista y muy influenciado por su entorno". 

Además, Guiu hace hincapié en que ocho de cada diez españoles conocen los peligros y riesgos de las falsificaciones, como que están controladas por mafias, que supone pérdidas económicas y ponen el riesgo al consumidor pero, aun así, justifican su compra: "El 71% lo hace porque lo considera aceptable cuando el precio es demasiado alto y el 61% cuando no está disponible por vías legales o cuando consideran que la calidad no importa. Peor todavía, la mitad de estos consumidores piratas, el 54%, defiende esta costumbre simplemente porque 'todos los demás lo hacen'", agrega el director general. 

Aragón, la cuarta comunidad de España con más productos incautados

La venta de productos falsificados es un delito que puede acabar en la incautación de los bienes y en la detención de los presuntos malhechores por pertenencia a organización criminal, delitos contra la propiedad industrial y blanqueo de capitales. "Nuestro país es uno de los países de la Unión Europea con mayor proporción de detenciones en frontera", asegura Guiu. En 2023, según datos del Ministerio del Interior, las fuerzas de seguridad intervinieron más de 2,6 millones de falsificaciones con un valor aproximado de 121 millones de euros. Por provincias, Aragón es la cuarta comunidad de España con más productos incautados el pasado año. Por delante están Madrid, Andalucía y Comunidad Valenciana; por detrás, Cataluña.

Según los últimos datos registrados, en la Comunidad se incautaron más de 270.000 objetos falsificados, lo que multiplica por 11 la cifra máxima registrada hasta la fecha, que se dio en 2020 cuando se requisaron 23.000 productos. Prácticamente, todos ellos se encontraban en naves y almacenes.

En 2023, las fuerzas de seguridad intervinieron más de 2,6 millones de falsificaciones en España

¿Qué derechos tiene el consumidor de una falsificación? ¿Me pueden multar por comprarla?

El presidente de la Unión de Consumidores de Aragón (UCA), José Ángel Oliván, recuerda que "comprar falsificaciones tiene un precio" porque no hay posibilidad de reclamación. "Como consumidores no nos vamos a poder defender si hay algún problema o desperfecto porque la legislación contempla las relaciones comerciales 'normales', entre un establecimiento y un consumidor, y estos son negocios que forman parte de la economía sumergida. Cuando pasamos esa frontera, ya no podemos hacer nada desde consumo", aclara. Otra opción es que el producto nos cause algún daño mayor, como por ejemplo, nos afecte a la salud. "Entonces podemos reclamar daños como afectados en un juicio penal", reflexiona Oliván, "pero será complicado y tedioso", reconoce.

Asimismo, el presidente de la Unión de Consumidores de Aragón llama "a la responsabilidad" porque comprar falsificaciones puede tener consecuencias "en nuestro bolsillo y de largo alcance": "Comprar productos falsificados alimenta unas redes de comercio negro de las cuales no sabemos quién hay detrás. Normalmente esconden delitos importantes, como el tráfico de personas", agrega. Por eso, recomienda comprar en establecimientos de confianza, sobre todo si son electrodomésticos o piezas de vehículos.

Preguntado sobre si la Policía nos pueden multar si nos pilla comprando productos falsificados, Olivan responde que 'no': "Como consumidores no nos pueden sancionar porque tendrían que demostrar que estamos siendo conscientes de que es una falsificación. Es algo que no suele ocurrir, salvo que exista una ordenanza municipal específica que prohíba comprar productos de venta ambulante, pero en todo caso sería una multa administrativa. Lo que sí nos puede pasar es que al intervenir la policía nos embarguen los productos, y difícilmente los vamos a recuperar", concluye.