Los 'esports', la industria millonaria que lidera el entretenimiento joven

Ocho horas de entrenamiento y trabajo diarias controlados por un coach (entrenador), un nutricionista y un psicólogo. Podría ser la descripción de la rutina diaria de un futbolista profesional, pero no lo es. Es el día a día de los 'gamers' o jugadores profesionales de videojuegos. La industria del entretenimiento está girando cada vez más hacía las plataformas online, que triunfan especialmente entre los más jóvenes. Twitch y YouTube son los espacios predilectos por los creadores de contenido para compartir horas y horas de entretenimiento con una audiencia que en España se estima en 2,9 millones de personas, según la consultora Newzoo. 

Lejos quedaron los videojuegos en los que los píxeles eran las estrellas, ahora los gráficos son dignos de superproducciones de cine, los mejores estudios están detrás de las animaciones y famosos ponen voz e incluso rostro a personajes de videojuegos. Esta industria ingresó en 2019 35 millones de euros en España, lo que supone el 4% de la economía mundial de los 'esports' -deportes electrónicos-. 

Detrás de estas cifras están, además de los estudios y desarrolladores de los juegos, los gamers. Jóvenes que han profesionalizado su pasión por los videojuegos, haciendo de una afición un trabajo. Con jornadas de ocho horas, entrenamientos, clases, estudios de jugadas y competiciones al más alto nivel, los jugadores arrasan entre los más jóvenes, que optan por el entretenimiento online.

De eso se dio cuenta durante la pandemia Nicolás Ferro, CEO y cofundador de 'Zeta Gaming Club', el primer equipo profesional de 'esports' de Aragón y que cuenta con el rapero zaragozano Kase.O como embajador. "Vi una oportunidad de mercado y fui a por ello", señala Ferro. "Los 'esports' se asemejan al deporte competitivo, pero alrededor hay un aura de entretenimiento a potenciar".

Zeta Gaming

En los nueve meses que lleva en activo el equipo ha logrado clasificarse en el top 4 en la Liga Santander y entre los ocho primeros de Europa en un torneo de FIFA, "la mejor clasificación de un equipo español", subraya Ferro. 

Con menos de un año en activo 'Zeta Gaming' encara un nuevo reto: "Queremos crear una 'gaming house' -casa en la que conviven y trabajan varios gamers de un equipo- en Zaragoza orientada a la creación de contenido, no tanto a la competición", explica Nicolás, que aspira también a abrirse camino entre los streamers -personas que realizan retransmisiones en vivo a través de plataformas online- para lo que en septiembre anunciarán el fichaje de un jugador aragonés.

A pesar de que conceptos como gamer, streamer o caster -comentarista- forman parte del vocabulario habitual de los menores de 30 años, todavía son neologísmos para el resto. "Cuando fui a pedir financiación para crear el club" -recuerda Nicolás- "Presentaba el proyecto a inversores de 40 para arriba y no entendían como se puede hacer dinero con alguien que juega a la 'Play'. Hay un problema de desconocimiento", lamenta. 

"En vez de un balón en los pies, llevan un mando en las manos"

La consultora Newzoo estima que unas 250 personas son gamers profesionales en España. Los jóvenes miran a sus ídolos de los 'esports' como mirarían a Leo Messi. Son sus referentes. Ibai, AuronPlay, Cristinini, Lolito o The Greff son algunos de los streamers y gamers con más seguidores del panorama nacional. En su caso, llegaron a lo que son sin saber que esa meta existía, pero la realidad actual es bien distinta. 

"Los chavales tienen esa ilusión. Es lo que ven y lo idealizan, pero pocos llegan a lo más alto, igual que en el fútbol", indica Roberto Moneo, director de la 'Cierzo Esports Academy', la primera escuela de videojuegos pública de España, ubicada en Zaragoza. Actualmente, en la academia hay 55 jóvenes, de entre 14 y 20 años, que participan activamente en un equipo de 'esports'. "En general, es una buena experiencia para ellos", señala Moneo. 

El 'streamer' Ibai Llanos

Para acceder a la escuela, dependiente del Servicio de Juventud del Ayuntamiento de la ciudad, los aspirantes deben pasar varias pruebas de selección: jugar partidas de los principales videojuegos en los que participan -Fornite, League of Legends, Brawl Stars y Rocket League-, analizar la mecánica del juego, capacidad estratega, trabajo en equipo y aptitudes comunicativas. Entrar en los equipos no es sencillo, además de la capacidad de cada chaval, también se valora su compromiso con el resto de compañeros: "Entran dos días a la semana y luego juegan partidos amistosos y competitivos, como harían en un deporte tradicional, pero aquí con un mando en la mano en lugar de con un balón en los pies", señala el director de 'Cierzo Esports Academy'.

"Hacen lo que les gusta y se comprometen y responsabilizan de su trabajo y eso nos facilita mucho trabajar con ellos", señala. En la escuela aprenden estrategia pero también se les forma en valores y cuentan con ayuda de psicólogos, quienes les enseñan a gestionar emociones como el estrés o la frustración. "Todo esto se puede extrapolar después a su día a día, a sus estudios, a la forma de enfrentarse al estrés de un examen importante, por ejemplo", explica Moneo.

Como sucede con 'Zeta Gaming', en la academia también están apostando por potenciar la creación de contenidos, campo en el que destacan ellas. "La mitad son chicas y además son muy buenas", señala.

La estadística baja si atendemos a los gamers. Del total, el 20% son chicas, frente a un 80% masculino. "Trabajamos para atraer a más chicas y que sean referentes para otras", indica Moneo, quien admite que, en general, las chicas han entrado más tarde a los 'esports' y se han encontrado con más problemas: "En las redes sociales, el anonimato permite que muchas veces las chicas reciban más comentarios negativos, insultos o faltas de respeto, pero trabajamos para que eso no pase y denunciamos todas esas actitudes, para que estos sean espacios seguros", explica.

Llegar a estar entre los 250 gamers profesionales es muy complicado y eso se lo dejan claro a los chavales: "Nuestra misión es, en parte, ponerles los pies en el suelo y que entiendan que lo primero son los estudios, y que si esto sale, adelante", indica Moneo. 

La mayoría de estos chicos y chicas no dedicaran su futuro laboral a los videojuegos, pero puede que consigan cierto rédito económico. Es el caso de una chica aragonesa que participó en la escuela municipal. Comenzó como creadora de contenidos y ha continuado su labor fuera. "Ha trabajado mucho, se ha esforzado y se está posicionando", explica Roberto Moneo, quien calcula que, actualmente, su trabajo online puede reportarle entre 200 y 300 euros mensuales.