Publicidad
SUCESOS

Víctima de un pinchazo: "No tenía control de mí misma, era un peso muerto. Ni veía ni escuchaba"

Una mujer de 35 años cuenta lo que le ocurrió en un bar del Casco de Zaragoza. La Policía Nacional recibe una denuncia de este tipo cada mes en Aragón, hasta ahora ninguna ha terminado en agresión sexual o robo

ALBERTO MORA /
Imagen de archivo del interior de un local nocturno. / Germán Lama - Europa Press
icono foto Imagen de archivo del interior de un local nocturno. / Germán Lama - Europa Press

"No tenía control de mí misma, era un peso muerto. Ni veía, ni escuchaba. Estaba totalmente ida". Así describe Paula (nombre ficticio), de 35 años, sus sensaciones después de que el pasado sábado por la noche alguien, sospecha, le pinchara junto a la cadera inyectándole alguna sustancia que le hizo perder el control hasta el punto de derrumbarse cuando estaba con sus amigos.

Paula estaba de fiesta, pero tiene claro que esa reacción no tuvo nada que ver con el alcohol, ni tampoco la sensación al despertar el domingo. Además, la amiga con la que había salido había bebido lo mismo que ella. Por eso empezó a repasar fotos y testimonios de los amigos con los que había estado, tratando de recomponer la noche.

"Entré con mi amiga al bar a las doce y media, y desde ese momento mi noción del tiempo y el espacio es muy dispersa. Recuerdo que estábamos hablando con un grupo de chicos y, por lo que me cuenta mi amiga, hubo un rato en el que se fue al baño y me quedé con ellos, pero eso ya no lo recuerdo", explica.

Tampoco tuvo en ningún momento la sensación de recibir un pinchazo, pero sabía que su actitud no la causaba únicamente el alcohol. En algún momento, llegó un grupo de compañeros de estudios. Paula recuerda entre 'flashes' haber estado con ellos, darles abrazos y acompañarles a otro bar.

Allí, Paula pierde completamente la consciencia: "Por lo que me cuentan, me quedo mirando al techo y se me van los ojos. Me sacaron fuera para que tomará el aire y allí vomité, así que pidieron un taxi para llevarme a casa. Ni siquiera un amigo pudo levantarme, otro chico le ayudó a meterme en el coche".

Sus amigos avisaron a su madre a las 3:40 de la madrugada, que, muy asustada, rápidamente acudió a casa de su hija para cuidar de ella. A la mañana siguiente, Paula se sorprendió de verla allí, porque no recordaba nada.

Encontró un pinchazo en su cuerpo

Se había despertado con resaca, pero mucho más pesada que la provocada por el alcohol. Por eso sus amigos le recomendaron buscar marcas de pinchazos por su cuerpo, aunque no encontró nada. "Yo pensaba que quizá me habían echado algo en la bebida y lo dejé estar, pero el lunes volví a buscar y lo encontré: un pinchazo en el muslo derecho, a la altura de la cadera".


Marcas de pinchazo que Paula encontró en su cuerpo y en el pantalón vaquero que llevaba puesto la noche del sábado

Tras el hallazgo, Paula fue a Urgencias, donde le hicieron un análisis de orina y sangre para detectar tóxicos o anticuerpos. También elaboraron un informe para que pudiera poner una denuncia. Además, los médicos le ofrecieron un tratamiento de profilaxis posexposición para evitar contagios en caso de que la jeringuilla estuviera infectada con el virus del VIH.  Tres pastillas al día que Paula debe tomar durante cuatro semanas.

Según explica, el martes puso la denuncia ante la Policía Nacional, aunque reconoce que es complicado identificar al culpable. Allí le dijeron que podía sentirse afortunada porque no había sido agredida ni le habían robado, algo con lo que no está de acuerdo: "Aún encima parece que tengo que dar las gracias porque no me ha pasado nada. El hecho de que no haya sido grave no significa que no tenga que preocuparme, porque estas cosas no deberían pasar". Por lo que sí está agradecida es por haber estado acompañada de amigos que cuidaron de ella.

Los primeros resultados de los análisis han descartado la presencia de enfermedades. Los test toxicológicos tardarán más tiempo, por lo que Paula todavía no sabe qué le inyectaron o siquiera si en su organismo quedaba rastro de la posible sustancia cuando le hicieron las pruebas. Mientras espera esa información, quiere que su testimonio sirva para que chicas como ella estén alerta, especialmente en los días que se avecinan, con muchas fiestas y aglomeraciones en los bares: "Lo que peor me sabe es que en ese momento no te enteras, y aunque estés con mil ojos para que no te echen nada en la bebida pueden pasar estas cosas".

Eso sí, tiene claro que, a pesar de este episodio, no va a tener miedo: "Me gusta mucho salir, ir a conciertos, disfrutar, y no quiero que esto me condicione para nada. El próximo día que salga estaré más atenta, pero esto no me va a cambiar".

Ninguno de los pinchazos denunciados en Aragón terminó en agresión sexual o robo

Según los datos de la Policía Nacional, desde que el pasado verano se detectaran en España varios casos de intentos de sumisión química a través de pinchazos, ha habido un "goteo" de denuncias de este tipo en nuestra Comunidad, aproximadamente una al mes. Afortunadamente, aclara su portavoz, Rocío Gracia, en ningún caso hay constancia de que las víctimas sufrieran una agresión sexual o un robo.

El verano pasado, la Delegación del Gobierno en Aragón puso en marcha un dispositivo especial para evitar y detectar agresiones de este tipo en las fiestas de los pueblos, y las de San Lorenzo, en Huesca, se saldaron con siete atenciones por pinchazo, de las que solo tres se denunciaron.

Gracia explica que, tras denuncias como la que ha presentado Paula, se abre una investigación en la que se estudian los informes toxicológicos, hablan con testigos y se piden las imágenes de las cámaras del bar, si dispone de ellas. Unas pesquisas que, hasta el momento, no han conseguido demostrar una sumisión química en nuestra Comunidad.

En todo caso, la portavoz de la Policía Nacional recuerda los consejos que conviene seguir para evitar sustos en las noches de fiesta: "No confiar en gente a la que acabas de conocer, vigilar tu bebida. Si tienes que irte a casa, hacerlo preferentemente en taxi y, si es andando, siempre con gente de confianza, nunca sola ni con un desconocido que se ofrezca a acompañarte". Esta también recomienda avisar a alguien de dónde estás y hacia dónde vas, no caminar por vías poco iluminadas y hacerlo con el móvil en la mano. Además, recuerda, en caso de encontrarse muy mal, es recomendable avisar a una ambulancia o pedir ayuda a la policía.