Vinbut, una forma desenfadada de recuperar la tradición del vino en bota

Una propuesta rompedora pero de raíz tradicional que pretende atraer a un público joven. Esa puede ser la idea fuerza que representa Vinbut, la bota de vino fabricada con material cien por cien reciclable que surgió en 2018 de la creatividad de un joven zaragozano que, a raíz de la pandemia, ha digitalizado el modelo de negocio. 

“Nosotros en principio lo que queríamos era revolucionar el mundo del vino”, recuerda Ramón Olaso, impulsor en 2018, con el apoyo de su familia, de este producto ideado para compartir buenos momentos en almuerzos y barbacoas, reuniones familiares o con amigos, excursiones por el monte, fiestas populares y demás eventos sociales.

La iniciativa recupera la costumbre de beber como se ha hecho toda la vida del clásico odre, hasta hace no tanto recipiente muy extendido en el medio rural y que, a modo de curiosidad, llegó a convertirse en 1897 en un elemento más del equipo reglamentario de las tropas del Ejército español desplegadas en Cuba.

“Buscábamos algo que uniese en esos momentos de reunión y esta bota es perfecta porque recupera la forma tradicional de beber en los pueblos pero con un toque de modernidad y un diseño actual muy chulo”, explica este joven licenciado en ADE y Empresariales, que ha estudiado tres años en Estados Unidos, cuenta con formación en márquetin y, en la actualidad, cursa el MBA La Liga Business School.     

Una bota viajera 

Ramón, junto a su familia, de raíces cántabras y propietaria en Zaragoza del Asador Pasiego, plasmó la idea sobre el papel y contactaron con unos ingenieros de Alicante a los que encargaron la fabricación del recipiente de plástico, del que poseen la patente para China, Francia y España.  

Esos pequeños contenedores con capacidad de 110 centilitros parten de la zona sur del Levante con destino a una bodega de La Rioja, donde, uno a uno, se llenan a mano de vino cosechero. 

“En un principio buscamos bodegas de Aragón porque queremos que sea de aquí, pero no hemos encontrado con cuál poder hacerlo.

Y es que la bota, pese a su sencillez, requiere de un proceso de llenado especial. “Tú no la puedes meter en la clásica línea de envasado porque la forma de nuestra botella es distinta”, explica Olaso. 

Una vez que las botas, desnudas todavía por fuera, están rellenas ya de vino, completan el periplo viajero por el país hasta llegar a Zaragoza, lugar de donde partió la idea y donde reciben el toque final: un diseño desenfadado a cargo de la también aragonesa Versus Estudio, más acorde a los nuevos tiempos que, según sus creadores, transmite “sencillez y diversión”, valores con los que Vinbut está decidido a hacerse un hueco en el mercado ampliando el perfil clásico del consumidor de vino. 

“Me di cuenta de que la gente de mi edad (23) hacía siempre botellón o tomaba sus copas, pero no bebía vino y se nos ocurrió que podíamos hacer con él un producto para compartir que uniera a la gente”, resume. 

Lo cierto es que el consumo de vino en España vive ahora mismo su particular recuperación tras el descalabro provocado en el canal Horeca por la pandemia, el posterior despegue (aunque insuficiente) del consumo de los hogares durante el confinamiento y la recuperación de los canales tradicionales de venta conforme se han ido levantando las diversas restricciones.

Esa dura travesía ha llevado este año al sector a superar en octubre los 10 millones de hectolitros, según datos de la Organización Interprofesional del Vino de España (OIVE) a través del último informe elaborado por el Observatorio Español del Mercado del Vino (OeMv). Una tendencia alcista de recuperación tras los apenas 9 millones de 2020 (con suelos de ocho e incluso siete millones), que, sin embargo, todavía queda lejos de los 11 millones de hectolitros de 2019. 

En ese patrón nacional de consumo de vino los jóvenes mantienen un papel discreto. según el último Informe del Consumo de Alimentación en España de 2020, elaborado por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación. En ese trabajo de campo, los menores de 35 años, con un peso del 11% en el total de la población, aportaron un consumo de vino del 4,4%, inferior al 7,9% de la cerveza, del 6,6% de las bebidas espirituosas y al 5,4% de la cerveza sin alcohol ingeridas. 

Cambio de estrategia a raíz de la pandemia 

En medio de esa vorágine pandémica, la embarcación de Vinbut decidió “correr” el temporal. “Cuando salimos en 2018, lo presentamos en el Salón Gourmets de Madrid y tuvo mucho éxito. Se interesó un montón de gente y de distribuidores y la bota comenzó a venderse por toda España, en tiendas Martin Martin y en gasolineras de Repsol también”, recuerda Ramón.  

Hasta que sobrevino el coronavirus, el estado de alarma, el confinamiento y los cierres. Entonces su reacción fue apostar por la actual estrategia digital, en la que tanto la venta como la difusión se canalizan a través de la página web y las redes sociales de la marca. 

Una estrategia con la que Olaso se muestra encantado: “De esta forma llegas a cientos y miles de personas, das con un público más específico al que le gusta el vino. Al consumidor le pones el producto delante, lo que resulta más fácil y mucho más económico que poner anuncios a través de un medio de comunicación tradicional, al que debes pagar mucho dinero para que mucha gente llegue a ver tu producto. Y, además, lo haces de una manera controlada porque lo puedes medir. Son todo ventajas”, enumera.