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JUVENTUD Y TABAQUISMO

Presión del grupo, barato y accesible: por qué cada año empiezan a fumar 250.000 menores en España

El cigarrillo electrónico es la "puerta de entrada" al cigarrillo convencional. Para convertirse en adicto "solo hacen falta 100 caladas"

ARAGÓN NOTICIAS /
Cada año se inician en el tabaco 250.000 jóvenes de entre 14 y 18 años. / Canva
icono foto Cada año se inician en el tabaco 250.000 jóvenes de entre 14 y 18 años. / Canva

Ocho de cada diez fumadores adultos se han iniciado en el hábito tabáquico antes de los 20 años, según la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (Separ). La presión del grupo, el bajo precio y el hecho de que sea muy accesible son los principales motivos que llevan a muchos menores a encender su primer cigarrillo. El cigarrillo electrónico, los vapeadores o las cachimbas se consideran la "puerta de entrada" al cigarrillo convencional. Para convertirse en adicto "solo hacen falta 100 inhalaciones", advierten desde el Comité para la Prevención del Tabaquismo.

"El grupo de compañeros es muy importante a la hora de iniciarse en el consumo de tabaco. La presión que ejercen es mayor que lo que digan los padres o profesores. Además, el tabaco no es muy caro, el de liar es hasta relativamente barato, y en España hay 200.000 máquinas expendedoras y 20.000 estancos que hacen muy fácil poder conseguir una cajetilla", explica Rodrigo Córdoba, delegado en Aragón del Comité Nacional para la Prevención del Tabaquismo, quien señala al mismo tiempo que cada año se inician en el consumo de tabaco en España unos 250.000 jóvenes de entre 14 y 18 años. 

El experto considera que también influye "mucho" la baja percepción del riesgo que tienen los jóvenes: "Los perjuicios del tabaco en la salud no se ven hasta pasados muchos años. Su consumo hace daño varias décadas después de haberse iniciado. Por eso la percepción del riesgo sigue siendo baja".  

Además, si los padres son fumadores "hay más riesgo", y lo que "más influye" es lo que los menores ven en contenidos audiovisuales. "La promoción que hace la industria tabaquera es cada vez más sutil en series de televisión o películas. Hay muchos directores de cine, de televisión, y guionistas que reciben dinero de la industria para meter el tabaco de una u otra manera en las escenas", asegura Córdoba. 

Se calcula que para convertirse en adicto "solo hacen falta cien caladas a un cigarrillo", y con unas 1.000 dosis, es decir, unos 100 cigarrillos, se tiene "suficiente nicotina en el cuerpo para acostumbrarse". "En uno o dos años los jóvenes se hacen adictos. Se inician a los 14 años, y a los 16 se han hecho adictos", recalca el delegado en Aragón del Comité Nacional para la Prevención del Tabaquismo. 


La presión del grupo lleva a muchos menores a iniciarse en el consumo de tabaco. / Canva

El lema de este año de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para al Día Mundial Sin Tabaco, que se celebra el 31 de mayo, va dirigido a proteger a los niños de la interferencia de la industria tabaquera.

Según la OMS, el tabaco mata, de manera directa e indirecta, a alrededor de ocho millones de personas cada año en el mundo. En España la cifra es de 50.000 muertes al año, 1.500 en Aragón. 

Una de las grandes metas del Plan Integral de Prevención y Control del Tabaquismo (PIT) 2024-2027, aprobado por el Ministerio de Sanidad y las comunidades autónomas es que la gente joven no se inicie en el consumo de tabaco, y para ello se pretende, en primer lugar, ampliar los espacios sin humo.

Cigarrillo electrónico, vapeador o cachimba, antesala del consumo

Muchos jóvenes comienzan a consumir el tabaco tradicional después de haberse iniciado en el cigarrillo electrónico, el vapeador o la cachimba. "Todos estos dispositivos hacen que los jóvenes comiencen a consumir antes, ya que consideran que no es tan adictivo ni perjudicial para la salud, pero es la puerta de entrada al tabaco. Los jóvenes no tienen la percepción del riesgo, ya que tienen un pensamiento muy a largo plazo", sostiene David Planas, técnico de Prevención y Promoción de la Salud de la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC) en Zaragoza.

Planas cuenta que estos dispositivos empezaron a comercializarse en España en 2016 y que ya se han encontrado efectos adversos a corto plazo, "sobre todo en el aparato respiratorio", y contienen sustancias "calificadas como cancerígenas". 

Un estudio reciente de la AECC revela que hasta el 57,8% de los jóvenes entre 16 y 21 años han fumado alguna vez en su vida y, de ese porcentaje, en el último mes lo han hecho el 71,7%. 

Pocos jóvenes acuden a los equipos de deshabituación tabáquica. "La gente mayor es la que más viene a los grupos. Nos cuesta mucho llegar a la gente joven y por eso trabajamos con otras entidades juveniles para crear grupos de trabajo, porque igual estamos enfocando mal las campañas y tenemos que ver qué les preocupa a los jóvenes", añade el técnico de Prevención y Promoción de la Salud de la AECC en Zaragoza. 

Finalmente, Planas cree que el Plan Integral de Prevención y Control del Tabaquismo es "valiente", aunque se podría "pulir y mejorar". "Hay que centrar la estrategia en ampliar los espacios sin humo frecuentados por jóvenes, como piscinas o espacios deportivos, para que fumar no se normalice", concluye.