La historia más humana del cine quinqui

El cine quinqui de Eloy de la Iglesia fascinó a muchos en los años 80 y ahora su relación con el actor José Luis Manzano es abordada en el libro ‘Lejos de aquí’, autopublicado por el zaragozano Eduardo Fuembuena. El vasco sentía una fuerte atracción por la marginalidad y conoció en la calle y de casualidad al que fuera uno de sus actores fetiche. De aquel tándem surgieron películas tan sonadas como ‘El pico’ o ‘Navajeros’.

Al autor del libro, que acaba de publicarse, le ha llevado más de diez años este trabajo de investigación, que también tiene todos los números para convertirse en una serie de ficción biográfica porque Fuembuena está en ello. “Todo esto es una carrera de fondo que surge hace más de once años, que es cuando me planteo que existe un vacío en un periodo de nuestra historia reciente que hay que cubrir. De ahí surge un relato humano inédito de cine y de vida que merecía ser contado y que se ha concretado en un libro y en una serie de ficción biográfica”, explica en una entrevista en La Cadiera de Aragón Radio.

Para darle forma a toda su investigación dice el autor “las fuentes principales son orales, la historia se ha reconstruido a partir de 600 entrevistas”.  Y aunque además ha habido un importante trabajo en archivos y hemerotecas el guionista lamenta que “muchas de las personas que he entrevistado ya no están en este mundo, pero haber podido recogerlo es una grandísima satisfacción”.

Uno de ellos es el testimonio de Pedro Cid, sacerdote que conoce a Manzano en los últimos años de su vida y que había estado de misiones en otros países. “Cuando llega a un municipio del sur de Madrid, que es Getafe se encuentra en aquellos años con lo que él mismo califica como un barrizal”. Y además después llega el problema de la heroína, sobre la que dice “este sacerdote ayudó a salir del infierno a más de 2.000 chavales y solo en su barrio”.

Sobre la posibilidad de que la serie salga adelante concluye “es una serie en desarrollo, cualquier producto audiovisual pasa por mil vicisitudes, no puedo augurarlo pero lo espero”.