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El fantasma de los errores defensivos del Casademont llega hasta Hungría (94-86)

El equipo aragonés desaprovecha la oportunidad de sellar su pase de ronda

Manu González /
Lance del partido del Casademont Zaragoza.
icono foto Lance del partido del Casademont Zaragoza.

No hay manera de momento. Con sus grandes virtudes y sus defectos defensivos, el Casademont Zaragoza sigue con sus altibajos. Si las virtudes ya estaban empezando a dejarse notar, a veces las sombras se tragan todo lo bueno que tiene el equipo rojillo. Y lo hace en forma de desconexiones defensivas, un terrorífico fantasma capaz de tragarse toda esperanza de mejora y boicotear el que podría haber sido un gran paso para el Basket Zaragoza, que con la victoria ya estaría en la siguiente ronda. Habrá que sellarlo en el siguiente partido y esperar que no se dé otra serie de catastróficas desdichas. 94-86 fue el marcador final. Otro luminoso abultado en contra.

Y es que el fantasma de los errores defensivos le persiguió al Casademont Zaragoza hasta tierras húngaras. Ya desde el inicio del partido el equipo aragonés no podía despegarse a su rival del marcador, el voluntarioso Falco KC Szombathely que arremetía una y otra vez contra la retaguardia de los de Sergio Hernández. Como en anteriores citas, Barreiro y Ennis cumplían con creces para que el marcador le fuera favorable a su equipo. El primer cuarto comenzó con los locales mandando sobre el marcador hasta el ecuador del mismo, cuando los rojillos se despegaron trenzando ataques de gran calidad con un buen porcentaje de tiros de tres. Sulaimon y Benzing estuvieron inspirados en ese aspecto para que el Casademont se fuera al segundo cuarto con un 23-28 favorable a sus intereses. 

Ahí, misma tónica. Los aragoneses llegaron a alcanzar un pico de once puntos de ventaja que malgastaron por errores defensivos y falta de concentración. Un calco de anteriores partidos... Si Thompson se hacía grande sobre la pista, si Brussino se encontraba a sí mismo en tierras húngaras, si Sulaimon subía su porcentaje de acierto, el Falco atacaba por medio de Anderson y Searcy sobre todo para asustar a un equipo necesitado de buenas noticias. Al descanso se llegó con un marcador tan inflado (49-50) como famélica era la ventaja. Un punto con ese despliegue ofensivo se antojaba muy escaso: había que neutralizar los ataques húngaros. Si atacar era fácil, no lo era tanto responder las acometidas húngaras, liderados por un Varadi en estado de gracia. 

Mismos errores y aciertos, luces y sombras en un tercer cuarto que no deparó ninguna certeza, más bien lo contrario: un parcial de 21-22 y a sufrir. Era la hora de la verdad, el último cuarto. Y la moneda salió cruz de la peor manera. El Casademont permitió un rush final húngaro inaguantable, inspirado en sus tiros a tres. Bruinsma, Anderson Benke, todos ellos probaban de tres y acertaban, mientras que Suleimon y Ennis respondían también con lanzamientos lejanos y se encontraban con el aro... rebote y a seguir. Faltaba un minuto y veinte segundos para el final de partido y el Falco ya iba ganando por siete. Una recta final demasiado dura con reminiscencias de lo visto en Santiago en la anterior derrota contra el Obradoiro. El resultado final fue de 94-86. Demasiado duro para un equipo que tiene que solucionar ya sus desconexiones defensivas. 

Ficha técnica:

Falco KC Szombathely:  Anderson, Varadi, Searcy, Zoltan, Bruinsma, Benke, Milosevic

Casademont Zaragoza: Ennis, Bray, Barreiro, Thompson, Benzing -cinco inicial- Sulaimon, Brussino, Javi García, Hlinason

Parciales: 22-28, 27-22, 21-22, 24-14