El Real Zaragoza mereció más ante el Stade de Reims (1-2)

No pudo prolongar su racha de victorias pero siguió mostrando todo lo bueno que está atesorando esta pretemporada. El Real Zaragoza mereció más ante todo un Primera División francés como el Stade de Reims, en un partido muy serio en el que Fran Escribá varió el sistema y su equipo siguió igual de intenso que en los anteriores partidos (quizás con un bajón físico en la segunda parte). Siguen desfilando los jugadores en el equipo del técnico valenciano, con buenas actuaciones de canteranos como Liso, Borge o un Pablo Cortés que volvió a jugar un muy buen partido. Se adelantó Toni Moya con un gran gol de falta en la primera parte pero los franceses le dieron la vuelta para poner el 1-2 final. 

Empezó arrollador el Real Zaragoza, con continuos ataques al área francesa. Ya en la primera jugada un centro medido de Luna a Azón casi acabó en gol del ariete, quien cabeceó fuera por poco. Acto seguido, el propio Azón remató en el área y el balón tocó en la mano de un defensor de forma clara. Una pena máxima que se encargó de lanzar el canterano, pero el portero adivinó abajó sus intenciones. Se lamentaba Azón pero no había tiempo para pensar en lo fallado. El Real Zaragoza, con las línea muy juntas y un fútbol más directo que en otras ocasiones empujaba al Reims, al que no le daba respiro. Primeros minutos muy serios para los de Escribá, que poco a poco y a base de buenas vibraciones va funcionando como un reloj. Luna pudo marcar en el 25, pero su disparo dentro del área lo blocó Diouf; el que sí que lo hizo fue Toni Moya tras un magistral lanzamiento de falta. Buenísimas noticias para la plantilla tener un especialista en unas acciones que apenas han generado goles (desde Pep Biel en 2018).

No bajó el ritmo el Zaragoza. Azón siguió intentándolo apoyado por un Sergi Enrich que agradó en su primera titularidad. El menorquín fue sustituido tras el descanso por Maikel Mesa. Transcurridos tres minutos tras el asueto Diakite encontró un balón suelto en el área y fusiló a un Cristian que no pudo hacer nada. Del control absoluto de la primera parte se pasó a un fútbol más reactivo; los blanquillos se cerraron más e intentaron aprovechar más los balones largos. Juego directo por parte de los dos equipos en el que se impuso el conjunto francés. El carrusel de cambios está vez no le hizo bien al conjunto aragonés, que vio como en la recta final Touré se aprovechó de la falta de contundencia de la zaga blanquilla para poner el 1-2. Ya no dio tiempo para más: falló el resultado pero no las buenas sensaciones de un Zaragoza que fue de más a menos.