Pablo Abián, ante sus quintos Juegos Olímpicos: los más ambiciosos

Pablo Abián es el claro ejemplo de que el paso del tiempo puede ser una oportunidad para no parar de crecer. El aragonés es una leyenda del bádminton a nivel nacional, acumula tantos títulos que ya es difícil contarlos y no pierde contra un español en un partido oficial en individuales desde hace 18 años. Pero siempre hay MÁS sueños que cumplir y picos que hollar. Así, ha logrado clasificarse para sus quintos Juegos Olímpicos, una cifra al alcance de muy pocos. Lo ha hecho sobreponiéndose a varias adversidades. Es, le cuenta a Aragón Deporte, su clasificación más difícil.

"El trato de la Federación española de bádmiton ha sido denigrante hacia mí, no he tenido ni su apoyo ni su respaldo...", se queja. Para él, la causa estaba clara: querían que fueran otros a los Juegos Olímpicos. Pero eso ya es otra batalla. Tras la penitencia, llega la aventura olímpica con un seductor reto: lograr el diploma de los Juegos Olímpicos, algo que no ha conseguido nunca ningún español en categoría masculina: "Va a ser muy importante tener suerte en el sorteo, vamos a cruzar los dedos y a ver si podemos evitar a un top-8 en el ranking mundial y a partir de ahí llegar lo más lejos posible", cuenta. Y es que en Tokio ganó el primer partido pero cayó ante Long Chen, el campeón olímpico. 

Un reto que le llega ahora a sus 38 años con el poso que da la veteranía. Un contexto muy distinto a los Juegos de Pekín 2008, cuando un joven Abián vivió su primera experiencia olímpica en un país donde el bádmiton levanta pasiones y el ambiente le impuso un poco. "A estos Juegos llego con mucha experiencia en la mochila", asegura.