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MERCADO INMOBILIARIO

Casas 'fantasma' en Aragón: las 130.000 viviendas vacías que generan suspicacia en el sector

El último censo incluyó el consumo eléctrico como criterio para la caracterización de las residencias sin ocupantes. Un parámetro que para algunos expertos resulta controvertido

ARAGÓN NOTICIAS /
Según el informe, la proporción de viviendas vacías en la Comunidad era de 9,7 por cada 100 vecinos. / Canva
icono foto Según el informe, la proporción de viviendas vacías en la Comunidad era de 9,7 por cada 100 vecinos. / Canva

Los datos del último informe publicado de 'Censos de Población y Viviendas', elaborado por el Instituto Nacional de Estadística (INE), señalan que en Aragón, en 2021, existían casi 130.000 viviendas vacías, el 15,4% del total del parque. Por primera vez, la metodología consideraba como deshabitado cualquier domicilio que no dispusiera de contrato de suministro eléctrico o cuyo consumo total registrado en el año hubiera sido menor al que una vivienda media del mismo municipio hubiera tenido de haber estado ocupada al menos durante 15 días en todo el ejercicio. Un criterio que genera suspicacias en el sector.

"Las cifras basadas únicamente en consumos no proporcionan una imagen real de las viviendas susceptibles de ser ocupadas", explica Julio Tejedor, codirector de la Cátedra Zaragoza Vivienda de la Universidad de Zaragoza. Una afirmación que comparte Fernando Baena, presidente del Colegio de los Agentes de la Propiedad Inmobiliaria de Aragón (Coapi Aragón), quien cree que estos datos "hay que entrecomillarlos". 

El trabajo, además, señala que la mayoría de estos domicilios, el 84,7%, se encontraba en los municipios de menos de 20.000 habitantes y que la proporción de viviendas vacías en la Comunidad era de 9,7 por cada 100 vecinos

Entre las localidades aragonesas que superaban el millar de residencias sin moradores se encontraban Borja, Calatayud, Caspe, Ejea de los Caballeros, Alcañiz, Teruel, Valderrobres y, en la provincia de Huesca, por ejemplo, Jaca superaba a la capital altoaragonesa. En proporción, destacaban las cifras de Morata de Jalón, con un 43,4% de su parque residencial sin ocupantes, Sástago (37,7%), Escatrón (36,3%), y Sádaba, con un 35,9%.  

"No es un problema privativo de Aragón. Desde el punto de vista del mercado, que una vivienda esté vacía no significa que sea susceptible de ser ocupada", señala el catedrático. "Puede tratarse de infraviviendas, residencias degradadas, rechazadas por el mercado o que se encuentren en zonas en las que no existe demanda", comenta Tejedor, quien propone la caracterización de unos parámetros más próximos a la realidad. "¿Es una vivienda vacía aquella que se encuentra en Zaragoza y pertenece a alguien de un pueblo que la utiliza solo unos días al año?", se pregunta.

Como una posible solución, Tejedor señala: "Hay que definir nítidamente esta cuestión y, sobre esa base, acercar unos criterios que justifiquen medidas legales que obliguen a su puesta en el mercado". "Hay viviendas que no están habitadas pero que el propietario quiere tener a su disposición. Es bueno que haya programas de movilización, pero no coactivos, porque sería un semillero de conflictos", añade. 

El alquiler como opción

Para el presidente de Coapi Aragón, las cifras basadas en el consumo son una "barbaridad". "Estas pueden incluir viviendas en estado de ruina o que no reúnan las condiciones necesarias para estar ocupadas", matiza. 

En cuanto a un hipotético problema de escasez de vivienda derivado de la exclusión de estos domicilios de la oferta, el experto señala que Aragón no es una región tensionada, "como sí lo son las Islas Baleares o la ciudad de Madrid". "En cualquier caso, sería interesante que aquellas residencias susceptibles de ser habitadas salieran al mercado de alquiler, ya que propiciarían una bajada o un menor incremento de los precios y más agilidad", apunta. 

Una cuestión sobre la que Baena explica que los propietarios demandan más garantías: "Si hubiera una normativa más certera...". "Es desproporcionado el tiempo que se obliga al arrendador a comprometerse (cinco años) en comparación con que el arrendatario pueda irse a los seis meses. La nueva ley de vivienda crea ciertas dudas en los propietarios, también sobre la dificultad de desahuciar a un inquilino por falta de pago", agrega.