Los centros de atención temprana de Aragón atienden a más de 2.600 niños con problemas de desarrollo

La Fundación Atención Temprana ha lanzado estos días más de 10.000 patitos de goma al agua de 10 localidades aragonesas. Cada pato simboliza la vulnerabilidad y la incertidumbre de los niños que padecen trastornos en el desarrollo y que necesitan de este servicio en sus primeros años de vida. 

Este domingo se celebra el Día de la Atención Temprana, un servicio que va dirigido a niños y niñas de entre cero y seis años con algún grado de discapacidad, limitación en sus actividades o trastorno en el desarrollo. 

En Aragón hay actualmente 2.661 menores atendidos en centros fijos. Allí están a cargo de diferentes profesionales en función de sus necesidades. El programa también cuenta con siete equipos itinerantes que recorren las comarcas. En este caso hay 216 niños y niñas.

Para mejorar el servicio, las organizaciones piden reducir las listas de espera y adaptar la labor de los profesionales a las nuevas necesidades de la sociedad. Un ejemplo de un pequeño que acude a estos centros es Saúl. Cuando tenía cuatro años, sus profesores se percataron de que presentaba dificultades para mantener el interés. Ante la sospecha de un posible trastorno del desarrollo, lo derivaron a atención temprana.  

"Se despistaba mucho, le costaba mantener la atención y eso nos preocupaba, claro", recuerda el padre del pequeño, que desde entonces acude al centro que hay en Zuera dos veces por semana. Allí realiza terapia y trabaja la psicomotricidad.

"Nosotros estábamos preocupados por nuestro hijo y con esto está avanzando a pasos agigantados y tiene una ayuda muy buena", reconoce su madre. 

En el centro de Zuera atienden a 40 niños y adolescentes con diversas dificultades: déficit de atención e hiperactividad, espectro autista... Tratarlos a tiempo, dicen los expertos, es crucial para que su evolución sea favorable. "Puede, por un lado, prevenir problemas que detectamos, que se resuelven por completo y, por otro lado, problemas que no se van a resolver, atendiéndolos de esta forma tan temprana, lo que hacemos es modificar de una forma importantísima todo el pronóstico", comenta la directora del centro de Zuera, Elena Lorés.