Responsabilidad civil de los padres: cuando el delito es del hijo, pero el castigo es para ellos

Cuando alguien comete un delito está claro que debe cumplir un castigo en forma de pena, pero algo que parece tan obvio se desdibuja cuando el infractor es un menor de edad. En ese caso, ¿quién asume la responsabilidad?, ¿la condena es la misma que para un adulto? Son las preguntas que se plantean tras sucesos como el de la semana pasada, cuando un menor, de 11 años, condujo en Huesca el coche de su padre y lo estrelló contra dos vehículos aparcados.

En esos casos, ¿quién corre con los gastos de reparación?, y ¿quién es el responsable de que el niño estuviera al volante? Para contestar a esas preguntas primero debe clasificarse al menor según su edad. "Si es menor de 14 años, no tiene responsabilidad penal, es lo que se conoce como "inimputable". Si tiene entre 15 y 18 años sí es sujeto imputable y puede responder ante la justicia", explica Francisco García Berenguer, abogado especialista en Derecho Penal. 

En el caso de unos y otros, los padres o tutores legales deben responder por las faltas cometidas por sus hijos. "No hay límite a la responsabilidad de los padres. En el proceso judicial, los padres son llamados para que puedan defenderse, así como para que puedan presentar pruebas o alegaciones, ya que son los responsables últimos del delito cometido por los menores", señala Berenguer. 

De esta forma, los progenitores son algo así como los responsables subsidiarios de los delitos cometidos por sus hijos menores de edad. Los últimos datos publicados por el Instituto Nacional de Estadística (INE) sobre infracciones penales cometidas por menores de edad señalan que fueron en España 25.822 en 2022 (datos publicados a finales de 2023). De ellos, los infractores de 17 años son los que más delitos cometieron, siendo los más comunes los delitos contra el patrimonio y el orden socioeconómico. 

En general, los delitos realizados por menores están los relacionados con la tecnología, como el 'cyberbulling' o la 'sextorsión', como ocurrió en Zaragoza el pasado febrero, cuando siete estudiantes desnudaron a compañeras de clase con ayuda de la Inteligencia Artificial. 

Penas a menores: de la libertad vigilada al internamiento

Los delitos contra la propiedad también están a la orden del día e incluyen los grafitis, el robo y el hurto. Asimismo, los delitos que incluyen acoso, injurias y amenazas a otras personas también están entre los más realizados por menores. Por último, la conducción de vehículos sin licencia es otro de los más frecuentes, como sucedió en la capital oscense el pasado 22 de mayo.

Todos estos delitos conllevan un juicio, como pasa en el caso de los adultos, pero los castigos son muy diferentes. "Suele imponerse la libertad vigilada para constatar que el niño cumple con el desarrollo habitual y correcto de sus obligaciones, como acudir a clase", apunta el abogado. Pero en el caso de los delitos graves, como los relacionados con el consumo o venta de sustancias estupefacientes o delitos en el ámbito sexual, los castigos acarrean internamiento en clínicas o lugares especializados en la desintoxicación, cursos de educación sexual, etc., pero nunca podrán ingresar en prisión, ya que el Código Penal solo lo establece para los mayores de edad. 

Para los menores de 14 años, esos delitos, aunque no pueden tipificarse como tal, llevan aparejados la apertura de un expediente a petición del Ministerio Fiscal, que se encarga de estos casos, y cuya gestión realizan los servicios sociales y de protección de menores. "En cualquier caso, los padres son los que tendrán que hacer frente con su patrimonio a los costes derivados de las acciones delictivas de los hijos menores de 18 años", sentencia Berenguer.