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SOCIEDAD

Sobrevivir en pareja al verano, época de rupturas: "Los conflictos que no se han hablado durante el año afloran"

En Aragón se produjeron en 2023 un total de 2.150 disoluciones matrimoniales. Para evitar llegar a este extremo, "hay que aprender a discutir", aconseja una experta

A. Z. /
Los datos de los últimos años colocan a septiembre como el mes con mayor número de rupturas matrimoniales en España. / Pixabay
icono foto Los datos de los últimos años colocan a septiembre como el mes con mayor número de rupturas matrimoniales en España. / Pixabay

Llegar juntos al inicio del verano no implica terminarlo en pareja. De hecho, los datos de los últimos años han colocado a septiembre como el mes con mayor número de rupturas matrimoniales en España. La explicación, según Mar Quesada, miembro del Colegio de Psicólogos de Aragón (Coppa) y experta en terapia de pareja, es sencilla. "En vacaciones hay más oportunidad para el contacto, se pasa más tiempo juntos y todos los conflictos que no se han hablado durante el año tienden a aflorar a la primera oportunidad", explica.

"También tenemos el tema del estrés, sobre todo en parejas con hijos, ya que las vacaciones son un momento para el que se requiere mucha preparación, ponerse de acuerdo y gestionar las diferencias. Algo que es un poco complicado, sobre todo si hay menores implicados", añade Quesada, quien apunta que, aunque el verano actúa como detonante, "por experiencia en consulta", el motivo principal suele ser "todo lo que ha estado latente, sin hablarse o querer enfrentar, que aparece durante las vacaciones".

En Aragón, las disoluciones matrimoniales experimentaron en 2023 un descenso del 4,2% con respecto al año anterior, con un total de 2.150 separaciones frente a las 2.245 de 2022, según los datos del Instituto Aragonés de Estadística (Iaest). La fórmula escogida por los vecinos de la Comunidad fue, en el 96,4% de los casos, el divorcio, siendo el 84,3% de estos de mutuo acuerdo. Además, el mayor número de las disoluciones entre cónyuges de diferente sexo se produjo en la franja de edad de entre los 40 y los 49 años.

Para evitar llegar a este extremo, la experta indica que hay que aprender a gestionar los conflictos. "Yo siempre distingo entre buenas y malas discusiones. Tener diferencia de opiniones e, incluso, enfadarse es lo más normal del mundo y ocurre en todas las parejas, pero una mala disputa generará sensación de incomprensión, distancia y dolor. Sin embargo, una buena, con respeto y escucha activa a raudales, ayudará a la pareja a entender mejor quién es el otro. Es una forma de aprender a amar", asegura la profesional, quien dirige el Centro Psicología Ventura de Zaragoza.

Sobre los motivos más comunes que desencadenan este tipo de conflictos, Quesada precisa: "Generalizar es un poco peligroso, pero sí que hay algún patrón que se repite". "En parejas heterosexuales -matiza-, la queja de ella suele ser 'no me escuchas' o 'no tienes en cuenta mi opinión' y en el caso de él 'estoy harto de las discusiones' o 'no hacemos el amor lo suficiente'". "Los temas pueden ser muy variados, como el dinero, el reparto de tareas y responsabilidades, las relaciones con las familias políticas o la crianza de los hijos", agrega.

Para conseguir encauzar un desencuentro, según la experta, "es necesario hacer uso de la asertividad, la inteligencia emocional y la tolerancia hacia el otro para buscar entre los dos soluciones creativas a las diferencias de opiniones que pueden surgir cuando una pareja tiene tiempo libre y planifica cómo emplearlo".

"La mejor preparación mental para una vacaciones en pareja es intentar consensuar los temas importantes y repartir bien las cargas, saber cuáles son las expectativas de cada uno, etcétera", aconseja Quesada, y, a nivel individual, propone intentar desconectar de los aspectos estresantes y centrarse en los positivos del otro, "que a menudo se olvidan", subraya. "Hay que aprovechar el momento de disfrute para expresar nuestra admiración y cariño. Es una buena manera de fortalecer la relación", concluye.