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Señales para la esperanza en el 2023 del Real Zaragoza

El equipo ha cambiado su imagen y sus sensaciones pese a la derrota en Leganés

Aragón Deporte /
Los jugadores del Real Zaragoza celebran un gol esta temporada. Foto: Real Zaragoza
icono foto Los jugadores del Real Zaragoza celebran un gol esta temporada. Foto: Real Zaragoza

El Real Zaragoza cerraba este lunes el 2022 con una derrota en el campo de Butarque. Un resultado que deja un sabor agridulce en la despedida del año pero que no debe ocultar las buenas sensaciones que desprende el Real Zaragoza de Fran Escribá. El equipo entra en 2023 con 25 puntos sumados hasta el ecuador de la Segunda División. Siete por debajo de la zona de promoción; cuatro por encima de la zona de descenso.

Es evidente que el primer objetivo del Real Zaragoza es obtener cuanto antes los 50 puntos que tradicionalmente aseguran la permanencia en la categoría. Es el primer paso de un equipo que según su técnico no mira más allá del próximo partido. Fran Escribá aseguraba en la previa del duelo ante el Leganés, que ofrecía al Zaragoza de quedarse a cuatro puntos del play-off, que él de momento no mira la clasificación. No lo interesa. El reto es ir sumando todos los puntos posibles en cada cita y más adelante ver a qué se puede aspirar. Por eso, el primer objetivo no puede ser otro que atar la permanencia cuanto antes.

A partir de ahí, se podría decir que hay señales para la esperanza. La derrota en Leganés fue la primera del equipo desde la llegada del nuevo técnico, que en seis encuentros ha sumado 9 puntos de 18 posibles. Esta progresión llevaría al equipo a sumar con Escribá 40 puntos en total a final de temporada. Una cifra que, unida a los 16 puntos que sumó el equipo con Juan Carlos Carcedo, harían que acabara la temporada con 56 puntos

Más allá de los meros números, que pueden cumplirse o no, lo cierto es que las sensaciones del equipo son diferentes. Se muestra mucho más sólido, encaja menos goles y marca más. Más allá de eso, da la sensación de tener claro a lo que juega y de haber podido ganar a todos los rivales a los que se ha enfrentado con Escriba en el banquillo. De hecho, solo dos errores puntuales en Butarque le hicieron caer por primera vez con el nuevo técnico, perdiendo así su imbatibilidad en el sexto partido y a domicilio. Este Real Zaragoza es más difícil de batir y apoyado en esa solidez el equipo puede crecer mucho más allá de los 56 que le da esa proyección matemática.