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VERANO

Cómo enfocar bien el descanso para no necesitar unas vacaciones de las vacaciones

Ni llenar los días “con muchas actividades” ni apostar por “no hacer nada” son las mejores opciones, según los expertos. Recomiendan elegir “realmente lo que a uno le gusta”, limitar los excesos y dejar tiempo a la espontaneidad

A. H. /
Las vacaciones deberían ser un periodo para descansar. / Canva
icono foto Las vacaciones deberían ser un periodo para descansar. / Canva

Tras meses de trabajo, muchas personas tienen puestas sus expectativas en las vacaciones como el momento para descansar y relajarse. Lo normal es que sea eso, un momento para parar y coger fuerzas, pero un mal enfoque de ese tiempo de descanso puede acabar generando más cansancio o la sensación de no haberlas aprovechado adecuadamente. 

"Para no necesitar unas vacaciones de las vacaciones se debe uno cuidar del mismo modo que durante las no vacaciones. Los excesos en comida, bebida o actividades cansan y desgastan el cuerpo, y erróneamente los asociamos con el disfrute. Se puede compaginar disfrute con cuidado", indica María del Castillo, miembro del Colegio Profesional de Psicología de Aragón (Coppa), quien propone planificar las vacaciones de manera que existan diferentes tipos de experiencias: "Una buena cosa sería combinar cosas nuevas que despiertan nuestra curiosidad, como lugares, comidas, personas o actividades, con el disfrute de fiestas, reuniones con amigos y familiares, o el deporte, y con momentos de descanso, de no hacer nada o de actividades ligeras, como leer o pasear". 

En este sentido, Del Castillo considera que los errores más comunes que se cometen a la hora de planificar las vacaciones es poner un estándar "muy alto", como creer que el descanso es "no hacer nada". "Podría parecer que tener unas buenas vacaciones significa exprimirlas al máximo sin parar de hacer actividades, pero nos impide saborearlas y, por supuesto, nos agota. Para descansar correctamente el cuerpo necesita alternancia entre movimiento y reposo. Los extremos, tanto hacer muchas cosas como no hacer nada, no son realistas ni saludables", subraya. 

Lo importante es "hacer lo que a uno le gusta"

Para evitar contagiarse por las modas del momento, que podrían obligar a visitar lugares exóticos o recónditos, la psicóloga cree que las vacaciones son el tiempo para hacer "lo que a uno le gusta" y deberían estar en "consonancia con uno mismo". "Quizá te apetezca ir a un sitio super exótico o probar algo nuevo, o quizás quieres algo sencillo y que te llene. Lo realmente relevante es lo que te gusta y lo que necesitas", apostilla.  

Aun habiendo planificado correctamente las vacaciones, puede ocurrir que uno vuelva más cansado que antes de marcharse, algo que tampoco debería preocupar. "El cansancio no está reñido con la satisfacción. Salir de la rutina y disfrutar es muy importante para nuestra salud mental, aunque acabemos cansados. En este caso, podríamos recomendar un margen de dos o tres días de recuperación previa a la vuelta al trabajo", apunta María del Castillo.

Reflejo de la cultura del trabajo contemporáneo

Por su parte, David Pac, profesor de Sociología de la Universidad de Zaragoza, explica así por qué muchas personas planifican sus vacaciones de manera meticulosa, llenándolas de actividades y experiencias vitales: "Puede interpretarse como un reflejo de la cultura del trabajo contemporáneo, donde la eficiencia, la productividad y la maximización de cada momento predominan. En el ocio, esto se traduce en la búsqueda de un retorno de la inversión emocional y experiencial". 

Sobre el hecho de que algunas personas necesiten unas vacaciones de las vacaciones, el sociólogo considera que puede ser una crítica "implícita" al modo en que el ocio está siendo configurado en la sociedad contemporánea. "Sugeriría una revisión de cómo conceptualizamos y vivimos el ocio, promoviendo un enfoque más equilibrado que permita la verdadera desconexión y recuperación", añade. 

Para Pac, un error "común" es tratar las vacaciones como una "extensión" del espacio laboral, llenando "cada momento" con actividades programadas "que pueden conducir a un agotamiento similar al estrés laboral", para lo que apuesta por incorporar tiempo "genuino" para la relajación y la espontaneidad, "permitiendo que las vacaciones cumplan su función reparadora y revitalizante", concluye.