Publicidad
LAS ALFONSADAS

“Me hubiera gustado ser físico o cronista en el Calatayud del siglo XII”

El Caballero de Honor de las Alfonsadas 2024, Manuel Micheto, se retrotrae a la época a la que regresa la ciudad este fin de semana. Médico de profesión, fotógrafo y amante de la literatura, acepta este reconocimiento como un honor y un privilegio

SARA COMÍN ARAGÓN NOTICIAS /
Presentación de Manuel Micheto como Caballero de Honor de las Alfonsadas 2024. /  José Antonio Vicén Portero
icono foto Presentación de Manuel Micheto como Caballero de Honor de las Alfonsadas 2024. / José Antonio Vicén Portero

Las Alfonsadas, que organiza la Asociación Medieval Alfonso I el Batallador, se celebran en Calatayud desde 2005. Desde entonces, solo tres de los nombrados Caballeros de Honor han nacido en la ciudad bilbilitana: el cantador y profesor de jota Nacho del Río, el poeta y fotógrafo ya fallecido José Verón Gormaz y, en esta nueva edición, Manuel Micheto, médico, fotógrafo y dinamizador cultural, por lo que se siente especialmente honrado.

Esta celebración lleva a la ciudad nueve siglos atrás, al momento en el que el rey Alfonso I el Batallador la reconquistó. Con la premisa de incrementar la presencia cristiana en la localidad, el monarca le concedió privilegios y normas jurídicas singulares que quedaron recogidas en los 'Fueros' y que favorecieron la llegada de nuevos pobladores. A partir de ese momento, la ciudad abrió un periodo ejemplar en la convivencia cultural y religiosa. 

Manuel Micheto imagina Calatayud en el siglo XII. Como él mismo apunta, hay un antes y un después del rey Alfonso, que marcó una época de coexistencia, respeto y tolerancia entre árabes, judíos y cristianos, cuyas huellas siguen vivas en los barrios más antiguos. Mirando al pasado, proyecta dos de sus pasiones, la medicina y la literatura, cuando trata de imaginar qué o quién le gustaría ser: “Si viviera en el siglo XII me gustaría ser físico, como entonces se conocía a los médicos árabes, o cronista, porque no hay que olvidar que muchas de las historias que se conocen en la actualidad se las debemos a aquellos cronistas que se empeñaron en recopilar lo que sucedía”.

El presidente de la Asociación Medieval Alfonso I El Batallador, José Luis Frisa, recordaba en la presentación de esta fiesta las razones por las que se concede este reconocimiento a Manuel Micheto y que se resumen en su dedicación a Calatayud desde distintos ámbitos.

El Caballero de Honor de 2024 reconoce que no esperaba recibir esta distinción que lo convierte durante tres días en la figura que “articula todos los movimientos de la recreación histórica de Calatayud, para conseguir volver al siglo XII y al hecho histórico que se rememora”. Su pregón marca este viernes el inicio de las Alfonsadas, que continuarán durante todo el fin de semana.

La importancia de esta fiesta tiene dos vertientes. Por una parte, se ha creado una celebración que atrae a nuevos turistas y, por otra, tiene un “indiscutible” valor histórico, apunta Micheto. Y es aquí donde hace hincapié: “Es necesario impulsar la revisión histórica para que Calatayud ocupe el lugar que le corresponde, porque no hay que olvidar que fue una ciudad romana, celtíbera, visigoda y árabe y que fue ejemplo de la convivencia de las tres culturas”.

Las Alfonsadas, un foco de atracción para el turismo

Sergio Gil Atienza y su hermano Francisco regentan el Hotel Posada Arco de San Miguel, en pleno Casco Histórico de Calatayud. Ambos fueron, además, dos de los promotores de esta conmemoración hace dos décadas. 

Como hostelero, Gil Atienza tiene ya todas las habitaciones del hotel reservadas y confía en tener también mucha actividad en la oferta gastronómica del restaurante: “Toda fiesta se nota en el sector y para nosotros, que estamos en pleno Casco Histórico, es indudablemente una fecha importante del año”.

Sergio Gil Atienza subraya la enorme evolución que ha tenido esta celebración, hasta convertirse en Fiesta de Interés Turístico de Aragón y en una referencia de las recreaciones históricas que se traduce en cifras: “Al principio éramos muy pocos y hoy hay alrededor de 4.000 personas implicadas en las Alfonsadas”.

Las calles se llenan de turistas y personas interesadas en formar parte del Calatayud medieval, lo que ha supuesto también “una revitalización del sector textil de la ciudad que hace los trajes y engalana con estandartes y banderas la ciudad”, apunta.